Desde el pasado 29 de agosto hasta este 3 de septiembre se realizó una misión humanitaria por parte de la red de solidaridad interreligiosa en zonas de conflicto en Colombia ZISOCC que visitó los municipios de Dabeiba y Frontino en Antioquia, luego de una llamada de alerta por parte de comunidades campesinas e indígenas ante la agudización de la violencia en esa región.
Monseñor Juan Carlos Barreto, de la Diocesis de Quibdó fue el encargado de la lectura del comunicado producto de la Misión en la que participaron más de 6 diócesis, las hermanas lauritas, religiosos claretianos, las iglesias presbiteriana y luterana y otras que conforman la red Sizocc.
Desplazamientos, amenazas, asesinatos, reclutamiento forzado y minas antipersona son algunas de las situaciones más preocupantes para SIZOCC
Según lo afirmado por esta red de religiosos y religiosas a logrado llegar a un territorio muy amplio qué está integrado por 28 comunidades indígenas, 16 comunidades campesinas, caseríos de más de 120 familias campesinas qué se encuentran ahora «vulnerados y asustados» que están buscando vivir bien en sus territorios y que merecen una vida diferente a la de temor que tienen hoy.
Dentro de las relaciones a los Derechos Humanos que encontraron en esta misión humanitaria resaltaron la presencia de actores armados como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y la guerrilla del ELN, que siguen en pugna por el control territorial en esa zona estratégica del departamento de Antioquia lo que pone en riesgo constante la vida de sus habitantes.
La instalación de minas antipersonas el reclutamiento de menores las amenazas y asesinatos selectivos en contra del líderes sociales así como el desplazamiento forzado y la violación a la autonomía de las comunidades aportan a una crisis provocada por el abandono Estatal que se hace evidente en la inexistente malla Vial la carencia en el acceso a la educación a los servicios públicos.
Vea aquí la rueda de prensa
Megaproyecto presentes y futuros agravan la situación de inestabilidad en seguridad para las comunidades
Señalaron una preocupación especial por la falta de eficacia en la acción de la fuerza pública para combatir las estructuras criminales que operan en la región y también controlar la seguridad en el territorio. También para controlar la violencia generada por los mega proyectos que se desarrollan en esa zona, lo que les plantea «un panorama de angustia y desesperanza» afirman en el comunicado.
Sin embargo, esta misión humanitaria no se queda en la denuncia, sino que aporta en la construcción de garantías mínimas para la vida, por ello resaltaron que la presencia constante de la iglesia católica junto a proyectos de otras comunidades y sectores religiosos pretenden ser un aporte para mitigar la intranquilidad de las comunidades habitantes de Dabeiba y Frontino.
Por último manifestaron que seguirán en su papel de exigencia al Estado para que brinde las garantías de protección y salvaguarda de la vida, así como la denuncia de las situaciones de extrema violencia que afrontan las comunidades. En este sentido aseguran que avanzarán en la construcción de caminos de diálogo y de paz para la región y para el país.
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