Fotografía NODAL.
A pesar de la gran emoción con la que alrededor de cien mil colombianos llenaron las calles del centro de Bogotá para saludar el juramento del presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez, el pasado fin de semana la violencia armada siguió cobrando vidas en Colombia en los departamentos de Putumayo, Cauca y Valle del Cauca.
El 05 de agosto, hombres armados asesinaron a Kedinyon Jeider García, líder social miembro del Comité de Derechos Humanos de la Junta de Acción Comunal de la vereda Brisas del Yurilla, Puerto Guzmán; fue ejecturado a horas de la mañana mientras se encontraba en el sector de la Ceiba.
Se desconocen mayores detalles sobre el homicidio, sin embargo, la Defensoría del Pueblo informó que para la zona fue activada la Alerta Temprana 001/21 para dar conocimiento sobre el accionar “arbitrario” de los actores armados ilegales, responsables de intromisiones “en los asuntos comunitarios” y de presionar a las comunidades “para hacer cumplir sus órdenes y códigos de conducta”.
“En lo que refiere a los pueblos indígenas considerados en riesgo, se indicaron restricciones al ejercicio de su autonomía y gobierno propio, lo que va en contravía de sus usos y costumbres, amenazando su pervivencia física y cultural”.
El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, INDEPAZ, señala que en esta zona de Putumayo hacen presencia el Frente 1° Carolina Ramírez, los Comandos Bolivarianos de la Frontera y bandas de carácter local.
El día siguiente, el sábado 06 de agosto, otro líder social, Javier Usechi, fue asesinado en el corregimiento de El Salado, jurisdicción de El Águila, departamento de Valle de Cauca. Este reconocido activista social, de 42 años, era líder ambientalista y animalista y contribuyó en la fundación del Colectivo Social y Cultural Tatayamba.
Con estos dos homicidios asciende a 1339 la cifra de líderes sociales asesinados a partir de la firma del Acuerdo de Paz, 112 en lo corrido de 2022.
Por otro lado, el mismo sábado 6 de agosto se produjo la 61° masacre del año, en el municipio de El Tambo, Cauca.
Tres jóvenes, sobre cuya identidad solo se conocen los nombres (Camilo, Yeison y Juan), fueron ejecutados en la vereda El Guayabo, corregimiento de La Uribe, mientras se desplazaban hacia su vivienda. Hombres armados sin identificar, de hecho, los interceptaron y posteriormente los asesinaron.
En esta zona del Cauca hace presencia el Frente Carlos Patiño del Comando Coordinador de Occidente, grupo disidente de las extintas FARC-EP que no aceptó desmovilizarse y reintegraste a la sociedad civil tras la firma del Acuerdo de Paz.
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