Foto: Centro Nacional de Memoria Histórica
20 Feb 2019
Desde la llegada a la presidencia de Iván Duque, organizaciones sociales y activistas han señalado su preocupación sobre el papel que jugará este Gobierno en la construcción e implementación del proceso de paz; hasta el momento, los cambios que ha realizado el Presidente en torno a las instituciones relacionadas con este tema, el nombramiento de funcionarios y la eliminación de palabras como Posconflicto del discurso oficial comienza a dar sentido a esta preocupación.
Uno de los hechos más recientes tiene que ver con el nombramiento de Darío Acevedo en el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), quien en repetidas ocasiones se ha negado a aceptar que exista el conflicto armado en Colombia, similar al discurso de posesión realizado por Ernesto Macías, presidente del Senado, en agosto del año pasado. Esta situación causó la pérdida de confianza en el Centro de Memoria por parte de víctimas de la masacre de Bojayá, quienes decidieron retirar sus archivos de la Institución.
Lo que pierde el CNMH con la llegada de Acevedo
Como lo relata Leyner Palacios, integrante de iniciativas de memoria del Pacífico, la relación de las y los bojayaseños con las instituciones del Estado fue siempre muy difícil, puesto que la masacre fue producto también de la omisión de Colombia, en sus organizaciones civiles y militares para cuidar la vida de quienes habitan en Bojayá. Sin embargo, sus habitantes optaron por trabajar junto al CNMH y confiar en sus funcionarios para hacer memoria sobre lo ocurrido en ese Municipio del Chocó.
Dicha confianza se ha traducido en la realización de informes, la toma de testimonios sobre lo ocurrido y el desarrollo de una buena relación, que hasta el momento, había permitido construir una propuesta para la adecuación y organización de un lugar de memoria para Bojayá. (Le puede interesar: «Ruben Acevedo, nuevo director del CNMH»)
No obstante la confianza construida, a la dirección del Centro llegó oficialmente el martes una persona que niega la existencia del conflicto, hecho que resulta en una incoherencia, porque como explica Palacios «nos cuesta creer que una persona que desconoce la existencia de un conflicto armado, dirija un centro que buscar construir y guardar la memoria sobre ese conflicto armado».
Ante la controversia entre quienes han padecido el conflicto en sus familias y en sus propios cuerpos, y quien llega a dirigir el Centro asumiendo que el conflicto no existió, los primeros han decidido que sus testimonios y vivencias, consignados en archivos que guardaba el CNMH salgan de allí, previendo que puedan ser usados «para caminar en una dirección guerrerista». (Le puede interesar: «Tras 16 años, Bojayá no ha logrado cerrar el capítulo del dolor»)
En ese mismo sentido han actuado las víctimas del genocidio de la Unión Patriótica, quienes también anunciaron el retiro de sus archivos del Centro; acción a la que podrían sumarse otras organizaciones que trabajan con la Institución.
La esperanza depositada en la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad
Aunque la mayoría de víctimas de la organización en la que trabaja Palacios sienten que «la institucionalidad colombiana, con estos nombramientos está cambiando su dirección» en un sentido que no pueden acompañar, reconocen la necesidad de construir la paz y continuar contribuyendo en la reconciliación y la convivencia; razón por la que tienen puestas sus esperanzas en el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (SIVJRNR).
En una carta firmada por diferentes espacios de memoria en Colombia, las organizaciones señalaban que los funcionarios relacionados con estas iniciativas debían tener una visión imparcial sobre el conflicto, preparación académica suficiente y un enfoque humanista para relacionarse con las víctimas; condiciones que, de acuerdo a Palacios, cumplen quienes integran el SIVJRNR. (Le puede interesar: «Organizaciones piden que el Estado no monopolice la memoria»)
Por lo tanto las víctimas han tenido reuniones con la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPDD) y la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad (CEV) para lograr un marco de entendimiento, adicionalmente tienen grandes expectativas sobre la Jurisdicción Especial para Paz (JEP) esperando que la actuación del Sistema en conjunto les permita seguir construyendo la confianza en las instituciones del Estado, y viendo resarcidos sus derechos a la verdad, la justicia y la reparación.