Condiciones de la comunidad Wounaan. Fotografía Comisión de Justicia y Paz.
En medio de los nuevos desplazamientos forzados presentados durante el inicio de este 2022, la comunidad Wounaan del resguardo de Santa Rosa de Guayacán en Buenaventura, Valle del Cauca, completará dos meses desde la salida de sus hogares el pasado 22 de noviembre.
Seis meses atrás, la Comisión de Justicia y Paz y las comunidades indígena y afro de la zona, notificaron al Gobierno Nacional sobre la situación de riesgo en la que se encontraban tras la llegada de grupos armados al interior de sus territorios. Ahora, tras la indiferencia gubernamental y su nulo accionar, la Comisión denuncia las condiciones precarias en las que se encuentran más de 120 personas, entre ellas 45 niños y niñas.
«Yo quisiera que los grupos armados que están por ahí, escucharan que la población civil no tienen nada que ver con lo que ellos están buscando»: líder Wounaan
CONTAGIO RADIO, dialogó con el líder y voluntario promotor de salud, Guimer Quiro, quien manifestó que se encuentran en medio de condiciones inhumanas y peor, ante la falta de respuestas por parte de las administraciones locales, departamentales y nacionales. Inicialmente las familias que fueron alojadas en un coliseo de Buenaventura fueron reubicadas en una vivienda ubicada en el barrio Miraflores por parte de una organización indígena, sin embargo carecen de servicios tan esenciales como el agua potable.
«En el momento no tenemos ni agua, tenemos tres tanques chiquiticos que se pueden decir que son como de 500 litros y eso hasta que no llueve, no podemos llenar de agua. Esta casa es construida de muchos años y el techo es como si fuera una enfermedad que puede padecer a las personas que estamos aquí y esa agua que cae del techo cuando llueve es la que consumimos, para lavar, para la alimentación, para la limonada. Estamos muy preocupados por eso.
Guimer Quiro.
Otra de las faltas más grandes de la comunidad es una instalación adecuada y con los elementos necesarios que les permita preparar sus alimentos. Por el momento, se encuentran cocinado a las afueras de la casa y por medio de leña. «No tenemos pipeta de gas, obligatoriamente teníamos que comprar esa pipa de gas y lamentablemente nos dieron 15 mil pesos por cada familia y recolectamos eso para comprarla y un billete de 100.000 salió falso y por el momento no hemos podido comprar la pipeta. Estamos cocinando con leña en el primer piso, al rededor de la casa porque no tenemos espacio.
Y es que justamente, la Comisión a través de sus informes ha corroborado que la comunidad esta hacinada al contar únicamente con pocas habitaciones en las que se albergan más de 10 personas y las cuales según Guimer Quiro, cuentan con solo un aproximado de tres metros cuadrados.
«Las mujeres cuando hay niños y niñas llorando les da pesar y se van a mendigar y el objetivo no era eso, pero va a tocar»: líder Wounaan
La comunidad que ha recibido mercados que no incluyen proteínas y contienen únicamente un aproximado de 12 libras de arroz y algunos enlatados, han agradecido el trabajo de organizaciones como Justicia y Paz que, además del acompañamiento jurídico que realiza, ha contribuido con mercados que tienen el contexto de lo que consumen las comunidades y las cantidades dignas para cada persona, sobre todo, los y las más pequeñas, los adultos mayores y las mujeres en embarazo.
«Desde el 3 de diciembre no hemos recibido agua, gas, alimentación. Nos dieron un bono que debía durar un mes. Hay familias que tienen 7 personas, 9 personas, 11 personas y evaluando eso, lo que dan queda insuficiente y eso la institucionalidad no lo entiende. En el momento, agradezco a las organizaciones no gubernamentales, por que con su apoyo hemos resistido, por ejemplo la Comisión de JYP de quien hemos recibido alimentos en buena cantidad y con enfoque diferencial (…) porque le hemos exigido a la institucionalidad lo que hemos consumido en los territorios, pero la Unidad de víctimas no tiene en cuenta eso.
Guimer Quiro.
El líder Wounnan, también señaló con tristeza la situación de las mujeres indígenas que han recurrido a pedir ayudas para poder llevar sustento o algo mínimo para los y las más vulnerables de su comunidad. De hecho el líder planteó el escenario de que ante la necesidad que padecen se torne necesario recurrir a mendigar, aunque esto no este dentro de sus objetivos, como si lo es promover el dialogo y retornar a su territorios.
Santiago Mera, integrante de la Comisión de Justicia y Paz, además señala que no son solo las más de 120 personas de estas 29 familias de la comunidad Wounaan desplazadas, sino que sería unas 900. Guimer también se refirió a la presencia militar y manifestó su asombro ante el avance de los grupos armados ilegales en medio de la única institución que hace presencia en su región.
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