Fotografía cortesía.
Arrancó en la biblioteca Virgilio Barco de Bogotá, el martes 21 de junio, la audiencia llevada a cabo por la JEP, en el marco del macrocaso 01, que investiga la “toma de rehenes, graves privaciones de libertad y otros crímenes concurrentes cometidos por las FARC-EP”.
En el evento, los 7 exmiembros, aún con vida, del último secretariado de las FARC reconocen su responsabilidad por crímenes de guerra y lesa humanidad que las JEP les imputó por el patrón de secuestro, actividad que la organización produjo en más de 21mil casos registrados.
La audiencia durará tres días y contará con las intervenciones de las víctimas de secuestro y sus familiares y los miembros del último secretariado FARC: Rodrigo Londoño, Pablo Catatumbo Torres Victoria, Pastor Lisandro Alape Lascarro, Milton de Jesús Toncel, Jaime Alberto Parra, Julián Gallo Cubillos y Rodrigo Granda Escobar.
En los tres días se abordarán los diferentes patrones que la JEP identificó en el macrocaso: el primer día el secuestro para canje o intercambio, el segundo día el secuestro extorsivo y para el financiamiento de la organización y el tercer día el secuestro para el control territorial.
En su intervención, el ultimo comandante de las ex FARC-EP y hoy líder del partido Comunes, Rodrigo Londoño, reconoció haber cometido los crímenes imputados y que el secuestro se llevó a cabo con la finalidad de financiar el proyecto militar.
“Hemos venido aquí como último secretariado de las desaparecidas Farc-EP y como Rodrigo Londoño Echeverry en mi calidad de último comandante, a asumir nuestra responsabilidad individual y colectiva frente a uno de los más abominables crímenes cometidos por nuestra organización fruto de una política que desembocó en crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra”.
Dentro de los miembros del último secretariado, al igual que Julián Gallo Cubillos, también Pablo Catatumbo Torres Victoria reconoció su responsabilidad en el caso: “Me presento a esta audiencia de reconocimiento aceptando mi responsabilidad, pública y libremente por haber sido participe en la elaboración y en el desarrollo de la política de privar de la libertad a civiles y militares puestos fuera de combate para forzar un intercambio, o un canje, por guerrilleros que estaban en las cárceles”.
Las víctimas también tomaron la palabra, Oscar Tulio Lizcano, secuestrado en Riosucio desde 2000 a 2008, así se expresó: “perdoné y muchos hemos perdonado. Perdoné porque consideramos, o considero, que seguir con odios es estar todavía secuestrado mentalmente”, pidiendo además verdad sobre el paradero de quienes resultan aún desaparecidos.
Orlando Beltrán, otra víctima de secuestro con fine de canje, retenido mientras ejercía como representante a la Cámara en Huila, también pidió verdad. “Quiero que esta aceptación de reconocimiento que hacen ustedes, sea primero condicionada a la verdad, yo creo que no hay nada mejor y reconfortarte para una víctima en medio de tal inmenso dolor es que se le diga la verdad”.
Sigifredo López, el único sobreviviente de los diputados del Valle que fueron secuestrados en 2001 y posteriormente asesinados, señaló la importancia de la audiencia para la sociedad, como una “manera de hacer justicia”, y al mismo tiempo la relevancia del “perdón”.