Foto:La Presse
“¿Por qué vienen a Estados Unidos personas de “shitholes countries” (países de mierda) como Haití o África?” Cit.Donald Trump
Para tratar el tema de la movilidad humana en los Estados Unidos, es importante partir de una suposición fundamental, la presencia en el país de 57 millones de migrantes latinos.
Además de representar a la minoría mayoritaria en el país, superando la minoría afroamericana, se espera que el crecimiento de la población latina entre 2030 y 2060 este próxima a un total de 100 millones de habitantes.
Por tal razón es anacrónico negar la importancia de ellos para la supervivencia del país, tanto desde el punto de vista económico como cultural, a través de prejuicios que estigmatizan su identidad y los convierte en un problema.
En los últimos meses, la tensión en las metrópolis de EE.UU. debido a las redadas contra inmigrantes promovidas por los agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por su sigla en Inglés) es muy alta. Cerca de dos mil personas que acaban de ingresar al país estarían sin documentos legales, en peligro de sufrir una expatriación y con incapacidad de solicitar asilo. Además, habría un millón de personas sujetas a esta orden, que se encuentran en el país o en centros de detención según una lista de ICE.
Si bien el ICE se negó a decir si los niños serán separados de sus padres, admitió que en el millón de personas también hay familias que podrían estar expuestas a este riesgo. De igual forma, las condiciones de los centros de detención se han vuelto notoriamente inhumanas, degradantes y ya no son sostenibles para los propios inmigrantes, así como para las fuerzas policiales fronterizas. (Le puede interesar: Informe revela las inhumanas acciones de EE.UU. con migrantes centroamericanos)
Por todas estas razones Contagio Radio se comunicó con Cristóbal Munoz, mexicano, promotor cultural y periodista freelance que trabaja en Roma con el Ministerio del Interior y el Ministerio de Justicia, para hablar sobre movilidad humana, dada su experiencia de trabajo en el marco de este tema.
Contagio Radio: ¿Durante los últimos años, particularmente desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, cómo se han desarrollado los fenómenos de migración en Centro América?
Cristobal Munoz: En primer lugar, yo creo que habría que recordar que con Trump se hace continuidad a una política ya activada desde 1994 con Bill Clinton. Hay un primer momento en el que se desarrolló esta política y fue cuando Clinton inició la construcción de la frontera con México en Tijuana, y después ese estilo se profundizó tras el ataque a las Torres Gemelas. Esto es importante decirlo porque es una medida que se usó para fortalecer la seguridad del país, y en consecuencia, la contención del fenómeno migratorio mexicano y de Centro América.
Hay después un segundo momento y fue bajo del gobierno de Obama, que se caracterizó por tener el mayor numero de expulsiones: Casi 200.000. ¿Qué significó esto? que no solo para los mexicanos sino centroamericanos, o aquellos que querían pasar a los EE.UU. se complicó mucho la posibilidad de ingreso, y en consecuencia, hay muchas personas que empezaron también a pensar en Europa.
Entonces, ¿qué hace Trump? Trump simplemente recupera parte de esta política pero más proteccionista, intentando tener un control de la frontera. Aquí hay una pequeña, o más bien, una gran trampa: Al gobierno mexicano, en este caso, le conviene que la movilidad humana se presente porque la remesa de México es igual al producto interno bruto; es decir que la migración sana las finanzas mexicanas y los sectores terciarios. Por parte de EE.UU., les interesa la mano de obra mexicana y de los otros países de Latinoamérica. Ellos son la fuerza de trabajo mas productiva.
CR: ¿En qué condiciones se han presentado estos procesos de movilidad humana y cuáles son los mayores riesgos a los que se enfrentan?
CM: La base fundamental de los procesos migratorios es el problema de las estructuras económicas de toda América Latina y el Caribe, las personas no se van por gusto, simplemente pretenden mejorar su nivel de vida, buscan una condición justa e igual. Y aquí es donde hay el fenómeno que en sociología se llama “la cadena migratoria”; este es el elemento fundamental.
Últimamente, el fenómeno de migración corresponde también a actos de violencia relacionados mayoritariamente con el nárcotrafico que provocan grandes movimientos humanos como la “Caravana Hondureña”, en la que prácticamente miles y miles de personas -más de cuatro caravanas-, escaparon del país. Es decir, la violencia juega una función muy importante porque la droga ha creado una nueva economía, una economía alternativa y que obviamente está en mano de narcotraficantes, violencia que crea peligro en América Latina.
CR: ¿Cree que las presiones de EE.UU. sobre México, en el actual gobierno de López Obrador, tendrán efecto sobre la crisis humanitaria que viven los migrantes?
CM: No creo porque López Obrador tiene un consenso muy amplio en la Ciudad de México, y en todo el país, pero no tiene política migratoria; entonces lo que López está haciendo es una actitud de tipo nacionalista. Él sabe también que las remesas de la migración mexicana favorecen la economía informal de México. Ahora, hay datos muy importantes que hay que considerar: En EE.UU. tenemos algo así como 56/57 millones de migrantes de origen Latinoamericano o del Caribe. De ellos, 35 millones son mexicanos, lo que significa que las remesas que llegan a México son muchas, y esto representa un beneficio para el país; y segundo, que los hijos de los migrantes de 3 o 4 generaciones tendrán derecho al voto en Estados Unidos.
Esto hace que la presencia del inmigrante tenga también una dimensión muy importante en términos políticos en EE.UU., de hecho, Obama y sobretodo en la ultima campaña Hilary Clinton han pensado en ganarse este voto. El voto de los migrantes, por ejemplo, se dividió con la llegada de Trump porque la mayoría de puertorriqueños y cubanos lo apoyaron creyendo en sus falsas promesas, entonces, también se puede evidenciar una fractura entre los migrantes en este sentido. Esto es muy importante porque de hecho, esta fuerza política es la que quieren aprovechar; hay una hipocresía tanto del gobierno americano como el gobierno mexicano, porque en el fondo lo que les interesa es mantener la mano de obra barata y las remesas, respectivamente.
La conducta de López en la caravana que atravesó México desde Honduras fue una conducta muy libre, y dejaron sin ningún problema que pasaran; no solo le dio apoyo y medios de transporte, el pueblo mexicano fue también muy solidario porque les daban de comer y los ayudaron ofreciéndoles trabajo. Todo esto, en claro contraste con lo que sucedía el algunos países de América Latina, como Venezuela, cuyos ciudadanos no eran bien vistos. Esta situación de el apoyo mexicano a esta caravana generó el movimiento de otras cuatro caravanas.
No obstante desde el momento en el que llegó Trump a la presidencia, declaró un aumento de la fuerza del orden en la frontera migratoria y anunció la construcción del muro. Esto era un claro aviso de decir “de acá no va a pasar nadie”, en función de lo que siempre ha hecho la política de seguridad de los EE.UU. Con Bush la amenaza a la seguridad era representada por los ataques terroristas, con Obama se empezó con la seguridad local y con Trump el proteccionismo. Trump ha tratado de crear una series de condiciones y pretextos que transforman al inmigrante en un enemigo, causante de los males que se están generando en el país.
CR: ¿Cuáles considera son los mayores errores que cometen los gobiernos en materia de atención y acompañamiento a quienes buscan hacer tránsito por sus fronteras?
CM: El problema es estructural, osea, es necesario empezar por la pregunta: ¿Por qué la gente se va de su proprio país? Es una pregunta global que no solo responde a la parte de América Latina y el Caribe, responde también al fenómeno Europeo, al flujo migratorio que hay por ejemplo en Italia. Se escapa por la guerra, por las condiciones de vida del proprio país, y sobretodo, de la violencia pensando en encontrar una vida mejor.
La conducta de los gobiernos en mi opinión es hipócrita porque a ellos les interesa que haya esta inmigración, y la fomentan pero no creando formas estructurales, medios sociales y economías sostenibles que permitan generar proyectos alternativos, sobretodo para jóvenes que buscan un futuro fuera del país. Esto crea un vacío y por eso se habla de migración.
Hay una paradoja y es que los Estados que son generadores de migración forzada hablan de derechos humanos pensando que al menos, si las personas se van, les irá bien, pero no asumen la responsabilidad de que son ellos los que están expulsando, con sus políticas, a sus propios connacionales.
El último reporte de ONU dice que Brasil es el primer país donde la Policía mata más jóvenes, es decir, hay una inseguridad grave dentro del territorio, y esto no ocurre solo en Brasil, está sucediendo en Colombia y México. Hecho que evidencia que, por un lado, los gobiernos se limitan a observar el fenómeno de la violencia, pero por el otro están subordinados a una serie de políticas que vienen de los grandes consorcios como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BIRF), que son los que ordenan e imponen este tipo de vida.
CR: ¿Qué consideraciones deberían implementar los Estados y la sociedad civil para afrontar la actual situación?
CM: Yo creo que en realidad es la sociedad civil la que tiene que jugar un papel protagonista y debe tomar conciencia de su fuerza, debe empezar a organizarse y comprometerse; esto puede ser un inicio para que los cambios empiecen a darse.
Las políticas de gobierno puede ser que se equilibren o que sean mas amplias frente a las movilidades humanas, pero es difícil que cambien; entonces la sociedad tiene que convertirse ella misma en sociedad política que participa, y los jóvenes tienen que buscar nuevas formas de participación.
Otro aspecto puede ser la cultura, ahora pertenece a un modelo consumista, a un modelo que tiene intereses económicos; en cambio, hay que construir una que se contraponga a la violencia del Estado. Crear un mundo dentro de otro mundo, crear formas de relación. Yo no esperaría mucho de parte de los gobierno porque ellos siempre se resisten al cambio; cualquier semilla que ven crecer y que puede dañar su intereses la aplastan, entonces se necesita una nueva forma de transformar las realidades marcada desde las relaciones sociales.
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