Fotografía cortesía del taita Manuel Mabisoy.
Desde el pasado 12 de julio, las comunidades indígenas del Valle de Sibundoy en Putumayo han visto como la creciente de los ríos aumenta como resultado de las fuertes lluvias que golpean al departamento. De acuerdo al testimonio del líder del Pueblo Indígena Inga “la creciente de al menos siete ríos, entre ellos el Putumayo, San Francisco, San Pedro y Caquetá, arrasaron los cultivos y dejaron a cientos de damnificados”.
Las comunidades indígenas Kamentsá e Inga de los resguardos Colón, Kamentsá Biya; El Descanso, en Puerto Guzmán; Kichwa, jurisdicción del municipio de Puerto Leguízamo y los Pueblos Nasa, Kofan y Awa en el Valle del Guamuez han sido los más afectados por las inundaciones.
“Aquí son miles las hectáreas afectadas, los agricultores han perdido su producción, los ganaderos no saben dónde trasladar el ganado. Nuestras comunidades indígenas han perdido sus chagras, sus huertas medicinales”, aseguró Jesús Quinchoa, gobernador indígena del Cabildo de Colón, Putumayo.
Según el taita Manuel Mavisoy, gobernador del Resguardo indígena Kamentsá Biya, fue necesario declarar el estado de calamidad pública ante la gravedad de los daños causados por las fuertes lluvias y expresó que “la nostalgia y la impotencia en nuestro valle por todo el desastre y la crisis humanitaria es terrible”.
“Los días 17 al 19 han sido los días más críticos, pues los ríos (…) aumentaron su caudal y lo inundaron todo…Tenemos cientos de damnificados, cantidad de personas sin alimentos, sin vivienda, pues todo lo que tenían se perdió y sobre esa situación pues al día de hoy, hasta el momento el Gobierno nacional no se ha pronunciado. De pronto tiene conocimiento de la situación del Bajo Putumayo, pero tal vez no de lo que ocurre en este municipio del Alto Putumayo”, agregó el taita Manuel Mavisoy.
La deuda estatal con Putumayo
Meses atrás, en abril y mayo específicamente, se hicieron llamados de prevención al Gobierno nacional, por intermedio del viceministro del Interior, Carlos Alberto Baena. De acuerdo al taita Manuel Mavisoy, se pidió una evaluación de todas las problemáticas del municipio de Sibundoy, y particularmente el caso del distrito de drenaje del municipio, al que según la comunidad «no se le puso atención y no se le dio el mantenimiento necesario», provocando la grave situación de la actualidad.
«Esto que está pasando es una emergencia anunciada, un tema que se anunció, que le pusieran atención; un tema que el Gobierno nacional, por intermedio de todas las asignaciones de equipos, kits de maquinaria, se hubiera podido atender. Sin embargo, no conocemos un pronunciamiento de las autoridades nacionales ni departamentales, no han hecho mención de lo que está pasando en el Valle de Sibundoy», reiteró el taita Manuel Mavisoy.
El distrito de drenaje del Valle de Sibundoy fue promovido por lo que se llamó INCORA (Instituto Colombiano de la Reforma Agraria) y según su director territorial Putumayo, Carlos Vallejo, era lo contrario a un sistema de riego y buscaba sacar el agua del suelo para evitar inundaciones. Lo anterior a partir de la limpieza de los canales que lo conforman, canales que según la comunidad no reciben los cuidados necesarios.
«El Gobierno tiene que dejar unos recursos para hacer mantenimiento. Cuando estaba el INCORA, cuando estaba el HIMAT, y ellos mantenían la maquinaria suficiente descolmatando los ríos y el Valle de Sibundoy, los canales funcionaban muy bien, pero cuando el INCORA se terminó, que ahora es la Agencia Nacional de Tierras, quedaron las maquinarias abandonadas”, afirmó el gobernador del Cabildo de Colón.
Los ríos recuperan su cauce
Jessica Villamil, geógrafa de Amazon Conservation Team, quien trabaja con comunidades indígenas del territorio, explicó que éste es un fenómeno de invierno cíclico cada año, “pero cada vez más complejo en términos de inundaciones, por esta época y delicada.”
Las vertientes naturales del Río Putumayo, de San Francisco y demás quebradas, caían a la parte plana, donde se ubica el distrito de drenaje y el proceso de desecación. Según Jessica con la reforma agraria se canalizó el agua, y los ríos van queriendo recuperar su cauce natural en la planicie y expandirse, en lo que alguna vez fue la laguna sagrada de los Inga y de los kamentsá.
“Estamos viendo cómo el agua está retomando sus cauces, por encima de potreros, por encima de cultivos, por encima de viviendas, de chagras, causando unas afectaciones muy fuertes en zonas que están totalmente inundadas, que no se pueden usar hoy día para ninguna actividad”, comentó Jessica Villamil.
Álvaro Cruz, líder indígena del pueblo Kichwa, comentó que las inundaciones de este año han sido bastante fuertes y las dificultades en las comunicaciones de la región han complicado la logística para la atención de la emergencia y la llegada de ayudas.
“En este momento la situación con la gente es que está dentro de las casas y no se puede mover. La gente está dentro de sus casas, sin poder salir, sin poder ir a buscar sus alimentos, inclusive, sin poder hacer nada… Donde hay animales ha tocado buscar estrategias para sacarlos y tenerlos en partes altas, en botes, hasta donde no haya llegado el agua. Llega un momento en que el cansancio agota y los animales caen al agua y se pueden ahogar», relató Álvaro Cruz.
La comunidad ha manifestado sentirse preocupada por lo que pueda pasar en lo que resta del mes de julio y agosto, que son temporada de invierno. «Aquí llueve todos los días. No sé qué vaya tocar hacer desde el Gobierno nacional, los cabildos, las alcaldías municipales, cómo buscar esa solución. Estamos trabajando acá mancomunadamente con la Agencia de Desarrollo Rural que nos envió una retroexcabadora, pero no es suficiente”, señaló el líder indígena del Pueblo Inga.
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