Arauca. Fotografía ilustrativa EFE / Mike Cáceres.
El departamento de Arauca sigue en vilo por la violencia desatada en los combates entre grupos armados presentes en el territorio. Una de las mayores angustias de la comunidad es la vulnerabilidad en la que se encuentra la población civil ante el abandono estatal y los señalamientos, hostigamientos y vulneraciones de DD.HH. perpetradas por los armados.
En las últimas horas se conoció un comunicado que correspondería al Frente de Guerra Oriental del Ejército de Liberación Nacional, ELN y en donde se declara una guerra a los disidentes de la región y a la población que «ejerza algún apoyo a los miembros del Frente 10 de los grupos residuales de las FARC-EP». En la misiva, el ELN además se atribuye el asesinato de Fran Segovia el pasado 23 de enero en Arauquita.
Según las motivaciones de ELN, el asesinato se da por una presunta responsabilidad de la víctima al «suministrar repuestos para motos y carros pertenecientes al Frente 10». El ELN advierte que dentro del territorio hay «infiltrados» que podrían señalar a los simpatizantes del grupo declarado como un objetivo militar.
La amenaza del ELN también se da ante, según ellos, la desobediencia de algunos civiles que no atienden sus «ordenes» y quienes son «advertidos» nuevamente de abstenerse a tratar con el grupo «enemigo» o a los que se les sugiere abandonar el territorio antes de ser «ajusticiados».
Pese a la insistencia de la comunidad de salvaguardar la vida de la población, la estigmatización continúa por parte de cada grupo armado lega e ilegal, afectando directamente a las y los araucanos que se ven inmersos de manera forzosa en los conflictos.
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