Víctimas de las comunidades en el plantón frente a la Corte Suprema de Justicia. Fotografía Contagio Radio
En la mañana del jueves 7 de abril comunidades campesinas, afro e indígenas acompañadas por la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz realizaron una rueda de prensa y un plantón frente a la Corte Suprema de Justicia, en rechazo al aval de la extradición de Dairo Antonio Úsuga, alias «Otoniel».
Los integrantes de las comunidades, víctimas afectadas por las operaciones militares y paramilitares en la región del Urabá y el Bajo Atrato Chocoano, señalaron su consternación por la decisión de la Corte Suprema. La extradición de “Otoniel” es un fracaso para todo el país, pues sus conocimientos sobre el conflicto no serán escuchados y las víctimas no podrán obtener verdad.
Una vez más nos damos cuenta para que están hechas las instituciones de este país, para favorecer al poder victimario. El aparato asesino del Estado siempre está por encima de la dignidad. Eso a nosotros día a día nos incrementa más el dolor porque una institución como la Corte Suprema, lo máximo que hay en este país en el marco jurídico, está a favor de ocultar la verdad a las víctimas. ¿Ante quién recurrimos entonces? ¿Cómo vamos a saber la verdad?
Intervención de un integrante de las comunidades
Con el fallo de la Corte las comunidades afirmaron que la verdad es sepultada, mientras la impunidad es fortalecida. Organizaciones de Estados Unidos se declararon dispuestas a recibir cartas y preguntas de las víctimas para intentar esclarecer las verdades que ellos buscan y que la extradición oculta.
Otoniel es un pulpo, la historia detrás de él es inmensa: las FARC, los paras y otros movimientos armados. Él sabe quién le mandaba, sabe cómo se conjugaban del escritorio las acciones que hacían en los territorios. La verdad de quiénes fueron, cómo lo hicieron, quiénes son los culpables se pierde para las víctimas.
Intervención de una víctima
Las víctimas también publicaron en el mismo día una carta abierta respaldada por numerosas comunidades y organizaciones de defensa de derechos humanos rechazando aún más el fallo de la máxima entidad jurídica colombiana y criticando también el comportamiento de la JEP, la cual debía presionar la Corte para impedir la extradición de “Otoniel”, por lo menos hasta que hubiera aportado con la verdad.
No hemos aprendido las lecciones del pasado. A las víctimas y a la sociedad colombiana se le oculta la verdad real y procesal. Unos pocos se benefician de la verdad en los Estados Unidos, que solo es de tráfico de drogas, y de entrega de dineros y de rutas. Y acá, nos seguimos quedando con mentiras que hacen que todo sea peor.
Carta abierta 7 de abril
Un cambio real de las instituciones, una “depuración”, es lo que además pidieron las comunidades. Instituciones que sepan crear diálogos entre las partes, para así verdaderamente llegar a una paz duradera y estable:
Es imposible creer que sin diálogos entre las partes, con garantías de no repetición, en Colombia se obtenga una paz duradera de lo concreto. Nunca la va a haber porque tal poder opositor sigue impidiéndolo. Está claro que es favorable para Colombia el tema del conflicto armado, el tema del narcotráfico. Si no se radica el tema de la posibilidad de oportunidades para la gente menos favorecida nunca va a haber paz y siempre va a haber coca en todos los territorios colombianos.
Una víctima
El evento se llevó a cabo a dos días del 9 de abril, Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas, que verá nuevamente las delegaciones del Urabá y el Bajo Atrato Chocoano pedir justicia, verdad y paz, lo que la Corte Suprema no ha promovido con su decisión.
El en vivo del evento:
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