Foto: Archivo
Desde el pasado 23 de abril, comunidades indígenas de Cedral y Bongo en Juradó, Chocó, compuesta por cerca de 800 habitantes fue sitiada por las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) quienes después de asentarse en las comunidades de Buena vista, Dos Bocas y Pichindé, se han tomado este corredor que resulta estratégico para las rutas del narcotráfico.
Carlos Mario Cardona, personero de la comunidad indígena de Cedral señala que el confinamiento al que están sometidas las comunidades ha impedido que se movilicen y desarrollen sus actividades de pancoger y limitar la comunicación con poblados aledaños, según el defensor, de continuar esta presión la población ha expresado que «se desplazarán hasta el casco urbano de Jurado».
Enfrentamientos entre el ELN y las AGC
El pasado miércoles 24 de abril cerca de las 7:00 de la noche se presentó un enfrentamiento en Cedral entre las AGC y el ELN dejando en medio del fuego cruzado a la población, que ahora teme se presenten nuevas disputas, además han manifestado su miedo a desplazarse pues según advertencias hechas por los paramilitares, «hay zonas en las que fueron instaladas minas anti persona», sin embargo como señala el personero, es necesario realizar un estudio de verificación en los caminos que existen entre las zonas de los territorios indígenas de Cedral y Bongo, población que se desplazó el pasado 16 de abril debido a la presencia del ELN.
Las comunidades indígenas aledañas de Eyásake, Pichindé y Dos Bocas, también fueron confinadas y se encuentran sin alimentación ni garantías de seguridad. Ante las violaciones de DD.HH que se presentan en la región, la administración municipal de Juradó nunca prestó atención a las alertas tempranas ni a la situación que están viviendo las comunidades actualmente, además, como manifiesta Carlos Mario Cardona, ningún ente del Estado acudió, a excepción de la Defensoría del Pueblo que sí ha hecho presencia en el lugar. (Lea también:Asesinan al rector indígena Aquileo Mecheche en Río Sucio, Chocó)