Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’. Fotografía captura vídeo Clan del Golfo.
Dairo Antonio Úsuga o alias ‘Otoniel’, uno de los principales líderes delas Autodefensas Gaitanistas de Colombia, llamado por las FFMM y el gobierno como Clan del Golfo, fue capturado en Antioquia este sábado 23 de octubre. Según la información inicial, Otoniel, que además figura como uno de los narcotraficantes más buscados del país, fue detenido en el corregimiento El Totumo, de Necoclí, lejos de una zona selvática.
Según se observa en algunos de los videos y fotografías revelados hasta el momento, se puede ver a una persona tranquila y sin rasgos de haber tenido un combate o haber estado inmerso en una persecución desgastante, en contraste con las imágenes que se publican de capturas en contra de jefes o integrantes de otras estructuras. Por estas razones, algunos analistas consultados por este medio, aseguran que también podría haberse tratado de una entrega voluntaria en lugar de una captura como se ha informado hasta el momento.
Incluso, en la mañana de este domingo se conoció una versión en la que se evidencia que Otoniel, estaría negociando una entrega desde hace varios meses, jalonada por emisarios de gobierno y que se produciría en Panamá, pero la visita del Secretario de Estado, Antony Blinken, adelantó la operación de entrega, para que el gobierno la usara como una muestra de resultados a ese país y aprovechar la proximidad de las elecciones.
En desarrollo de esta noticia por la posible entrega de alias Otoniel, se ha conocido que las ACG , Clan del Golfo o Clan Úsuga, como es llamado por el gobierno, tendrían contratos para suministros con fuerzas militares y de la policía en el Urabá antioqueño. Incluso en diversas informaciones ha sido mencionado uno de los funcionarios actuales de la alcaldía de Medellín.
Las preocupaciones y las oportunidades que ven las víctimas tras la captura de «Otoniel»
Una de las preocupaciones que surge luego de esta captura es la que tiene que ver con el futuro de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia. Un sector de la opinión deduce que es claro que no se va a desmantelar un grupo con la organización militar que han demostrado las AGC, y por lo tanto se podría presentar el escenario de un cambio en la cúpula o una atomización de sus estructuras agravando la crisis humanitaria en las regiones en las que hacen presencia.
Sin embargo, esta captura o entrega también podría ser una posibilidad de verdad para las comunidades y territorios que han sido afectadas por el accionar de las AGC en los últimos años, dado que en muchos de los escenarios de presencia de esta estructura se han denunciado hechos de complicidad y permisividad por parte de las fuerzas de policía y militares.
En este sentido, es posible que en su comparecencia ante la justicia se comiencen a destapar las verdades que esconderían las operaciones de las AGC, entre las que se cuentan el narcotráfico y el control territorial que es evidente y frente al que no se presenta una reacción ofensiva por parte de las Fuerzas Militares. Sin embargo, frente a esta posibilidad se está planteando que sería extraditado a EEUU con cargos de narcotráfico lo que dificultaría el acceso a la verdad por parte de las víctimas.
Este aparente triunfo del gobierno deja al descubierto que hay una incapacidad para negociar salidas colectivas que prevengan más daños contra las comunidades, lo cual sería una situación ideal, teniendo en cuenta que una captura de un cabecilla no implica la desarticulación de la estructura que comandaba.
Hoy la situación de las comunidades sigue igual sin deserciones masivas de las AGC mientras esperan saber quién es el nuevo mando, y evitan el reclutamiento y la imposición sobre decisiones comunitarias. Días atrás, el día internacional de la mujer rural sus agrupaciones en Carta Abierta reiteraron un llamado a un Acuerdo Humanitario Global.
En diálogo con Contagio Radio una lideresa manifestó que la situación de Otoniel en nada cambia la propuesta pues temen por el contrario unas rupturas internas en las que la población sería la que paga los platos rotos Lea Aquí Carta 33 de las mujeres de comunidades.
Agregó que además de insistir en el AHG, seguramente pensaran en solicitar acceso a Darío Úsuga, para lograr conocer la verdad sobre muchas situaciones en las que la JEP sería clave si aceptara la posibilidad de incluir como testigo a «Otoniel» en diversos hechos de guerra cometidos hasta noviembre de 2016.
«Por eso a nosotros las víctimas que no tenemos nada de justicia en la justicia ordinaria abogamos por él para que tenga garantías, se evite la extradición y extrajudicialmente nos esclarezca situaciones que hemos padecido desde 2008 hasta hoy»
Mientras Otoniel es noticia en Colombia y el mundo la cotidianidad sigue siendo la misma para comunidades negras, indígenas y campesinas que temen sin un nuevo mando, una serie de fragmentos de AGC que harán más grave su situación, «cada mando haciendo y deshaciendo» siendo aprovechados por sectores de militares y policías y empresarios para sus propósitos en los territorios. En muchos de los cuales para dominar hacen obras de beneficencia en salud, educación y obras básicas, tratando de ganar el corazón de la gente.
La historia en la guerra de Otoniel
Dairo Antonio Úsuga se inició en la violencia como integrante de la extinta guerrilla del EPL. Desmovilizado se vinculó a las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, como resultado de una estrategia de Carlos Castaño, comandante de esa estructura paramilitar que asumió una estrategia contraguerrillera con la experiencia de exintegrantes de las guerrillas del EPL y las FARC. Otoniel, quien tomó raíces en los llanos orientales trasladado del Urabá para participar entre otras, en la masacre de Mapiripán, siguió bajo el mando de Don Mario, Daniel Rendón Herrera. Junto con Rendón Herrera se desmovilizó como integrante de los paramilitares de las AUC del bloque Vencedores.
La pretensión de Vicente Castaño, uno de los mandos de los paramilitares de las AUC de consolidarse en la llanura colombiana logró un punto de avance sustancial hasta 2006. La desmovilización de las AUC pactada con el gobierno de Uribe a través de la ley 975 en ese año llevó a Otoniel a desmovilizarse.
Sin embargo, meses después ante las amenazas, asesinatos de patrulleros y mandos medios de las AUC que eran testigos claves volvieron a las armas con Daniel Rendón de la mano de Vicente Castaño, pues se consideraron traicionados por Uribe con quien algunos de ellos habían pactado entrega de armas a cambio de impunidad, respeto a sus bienes, y cero asesinatos.
Enarbolando el nombre de Gaitán, las AGC se definieron como un grupo armado fruto del fracaso del desarme de las AUC, para defenderse de la oleada de asesinatos de sus integrantes, algunos de ellos, por pugnas internas y otros por una operación de silenciamiento. Se calcula que serían 2000 los asesinados de las AUC luego de su desarme. Las AGC se afirman a favor de la protección comunitaria que asegurará la calidad de vida de los pobladores bajo su influencia, asegurando el desarrollo social y tipos de inversión. Algunos de esos negocios están vinculados con el tráfico de drogas y otros agronegocios en la región del Urabá.
Con motivo de la visita del Papa a Colombia y en vista del eventual acuerdo que se veía con las FARC, unas imágenes de Otoniel se conocieron, en las que manifestó su disposición a un proceso de acogimiento judicial. Durante el gobierno de Santos por más de siete meses se estudiaron diversas fórmulas que al final fracasaron por la falta de impulso del Ministro de Justicia y del Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez. Nada en materia penal se logró para propiciar el sometimiento judicial colectivo de 2500 hombres en armas, con disposición a penas carcelarias y un ejercicio de control de Fuerzas Militares en sus territorios de operaciones con un proceso de verdad y justicia con los grupos por las AGC victimizados.
De ese proceso, el segundo al mando dr las AGC, alias Nicolás, pactó un proceso de entrega a las autoridades en agosto de 2018. Algunos afirman que dicha entrega fue una traición a la organización que logró sobreaguar hasta el día de hoy con Otoniel al mando y un comando general de más de cuatro mil hombres en armas.
La entrega o captura de Otoniel se produce cuando el grupo armado, más allá de centenares de capturas, y algunos de sus mandos muertos en la operación Agamenón» desde noviembre de 2016, con la firma del Acuerdo de Paz con las FARC, han consolidado su poder y control social en el norte del Chocó, bajo y medio Atrato, Urabá Antioqueño y Cordobes, Sucre, Bolívar y sectores de Atlántico, Magdalena, Guajira, Meta, Valle y sur del Chocó.
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