Un importante grupo de mujeres campesinas, representantes de cerca de 100 procesos de comunidades y procesos organizativos del país, enviaron una comunicación pública en la que analizaron los caminos que pueden trasegar para seguir aportando en la construcción de paz, e hicieron un llamado firme a que los organismos del Sistema Integral, al gobierno de Iván Duque y a feministas para que escuchen sus propuestas y respeten los procesos que están adelantando y que, desde los territorios han construido con todos y sin exclusiones.
Ellas recordaron que ya han enviado 32 comunicaciones al gobierno nacional, a las FFMM y a los actores armados que hacen presencia en sus territorios, solicitando que se firme un Acuerdo Humanitario Global para facilitar y aportar en la garantía de los derechos a la vida y al territorio, basados en los principios del Derecho Internacional Humanitario y salvando vidas de todas las personas que hacen parte de los grupos armados, incluidos los integrantes de las FFMM.
Para las mujeres campesinas el acuerdo de paz está en crisis
«Como mujeres, madres, hermanas, esposas, tías, hijas nos duele el horror de la continuidad de la guerra, pensamos en nosotras y también nos duele la situación de quienes están en armas y todos sus núcleos de afecto y expresión femenina.»
Además recuerdan que desde la firma del acuerdo de paz «1242 lideres y lideresas sociales han sido asesinadas, y 283 firmantes de la paz de las FARC asesinado y 215 masacres. Algunas de nuestras lideres y lideresas se encuentran en este listado doloroso de asesinados.»
De igual manera hacen un llamado a los organismos del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición para que acepten las propuestas que les han venido haciendo y que tienen que ver con aceptar y reconocer el trabajo que han realizado desde sus procesos comunitarios y sociales, en los que han avanzado en diálogos de memorias, en diversos espacios como Festivales de las Memorias, Cenas, y otros encuentros entre los que se destaca un primer encuentro entre Salvatore Mancuso y las víctimas de la región del Bajo Atrato.
Según señalan las mujeres en el comunicado final tras el encuentro, hay un desconocimiento tanto de esos avances como de la solicitud de que las personas responsables en la guerra, tengan cabida tanto en la JEP como en la CEV y sus propuestas sean escuchadas, pues son muchas de las que se han construido en conjunto durante un trabajo durante años.
«Seguimos esperando que la JEP reciba a varios testigos y responsables que han participado en el conflicto armado en su rol de agentes de Estado, ex paramilitares, empresarios, y que siguen un limbo riesgoso. Avanzamos con ellos directamente, lamentablemente, sin una justicia transicional eficaz en estos casos. De la CEV seguimos esperando apertura a la escucha de estas personas que quieren enunciar verdad»
Sobre las discusiones en torno a los feminismos señalan que todas las propuestas que han hecho públicas las han construido en conjunto con todos y todas las integrantes de sus comunidades y procesos y por ello no están de acuerdo con los escenarios excluyentes que se plantean desde algunas voces de mujeres y son enfáticas en señalar que toda exclusión va en contravía dela democracia y debe primar el respeto a la vida de todos y todas y no de unas pocas porque eso repite las mismas estructuras de poder que han generado la guerra.
«Toda exclusión, toda acusación sin posibilidad de escucha y del cambio de todos es destrucción de la democracia justa, y va en contravía del decir que somos cuidadoras y protectoras. Es la vida de todas y todos. No la de unas o repetimos lo mismo.»
A pesar de todo ello insisten en que siguen firmes en sus propuestas y en sus tareas al servicio de la paz, con respeto por el ambiente y lo que llaman «la casa común» y por ello esperan que cesen los silenciamientos, tanto de las instituciones del Estado, como de otras organizaciones y movimientos.
Lea también: No son ni falsos, ni positivos: Víctimas de ejecuciones extrajudiciales