Los episodios alrededor de los cabecillas de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia o Clan del Golfo siguen dejando dudas por las implicaciones que tienen para sectores de poder político, militar y ahora policial. Tras la fuga de Juan Carlos Estupiñán «Matamba» son varias las voces de preocupación por la impunidad que está situación generaría.
Analistas consultados por este medio aseguran que las verdades que podría aportar «Matamba» al rededor de las actuaciones conjuntas entre militares y políticos en las regiones en las que tiene incidencia las AGC, como lo ha intentado revelar «Otoniel», ahora también vincularían a sectores de altos mandos de las fuerzas de Policía a nivel nacional.
Adicionalmente, crecen las preocupaciones por el manejo que se le está dando a por parte del mismo gobierno a los escándalos que se han presentado al interior del INPEC, puesto que la responsabilidad de los directivos de la cárcel Picota no ha sido asumida cabalmente y tampoco se han aplicado los correctivos necesarios y suficientes para desmantelar las redes delictivas en esa entidad.
Ejemplo de ello, ha sido que cuando se reveló el escándalo de las salidas de Carlos Mattos se designó como director de la Picota al Coronel encargado de firmar los permisos de salida y ahora con la fuga la única medida que se aplica es la suspensión del cargo, lo que indica que no hay voluntad política o incluso, algunos señalan que habría complicidad.
En ese sentido, el actual senador Roy Barreras aseguró que Matamba, hasta hace poco, era asesor de seguridad del gobierno Duque y también era patrón de militares retirados, lo cual confirmaría lo dicho por los analistas consultados.
Hasta el momento se desconocen nuevas medidas implementandas por el gobierno para lograr la re captura. Al contrario el impulso al proyecto de ley para regular el empalme acrecienta las dudas sobre este vergonzoso caso.
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