Marcha por la Dignidad / Emzac uaque
Desde el pasado 25 de junio se emprendió la Marcha por la Dignidad, cuyo primer recorrido se inició desde Popayán, Cauca; donde las comunidades se manifestaron, entre otras cosas, por el asesinato de líderes sociales, la erradicación forzada, la desmedida militarización de los territorios y las violaciones a mujeres de comunidades indígenas. (Le puede interesar: Todo lo que necesita sobre el avance de la Marcha por la Dignidad)
A este primer recorrido se sumaron posteriormente las Rutas «Libertadora» y «Comunera» que partieron el 13 de juliodesde Gibraltar en Norte de Santander y Barrancabermeja en Santander respectivamente. La marcha original arribó a Bogotá el 10 de julio mientras que las rutas «Libertadora» y «Comunera» lo hicieron el pasado día 20, «Día Nacional de Independencia». (Lea también: Marcha por la Dignidad arribará el 20 de julio a Bogotá buscando una «verdadera independencia»)
Estas movilizaciones fueron el inicio de una gran expresión popular que motivó el surgimiento de nuevas manifestaciones sociales algunas de las cuales se originaron en el sur de Bolívar.
Los logros y avances de la Marcha por la Dignidad
José Daniel Gallego, defensor de Derechos Humanos y estudiante de la Universidad del Cauca, señaló que la Marcha por la Dignidad llegó a la ciudad de Bogotá, no para reunirse con el gobierno de Duque, ni su gabinete, porque ya han sido recurrentes los escenarios en los que se ha buscado interlocución con ellos sin encontrar respuestas a sus pedidos; manifestó en cambio, que la búsqueda era elevar un SOS frente a la Comunidad Internacional para que escuchara los llamados y denuncias de las comunidades y pudieran hacer eco de los mismos.
En ese sentido, destacó como logro el hecho de haber despertado una «consciencia de movilización» que no sólo sumó a más personas que acompañaron esa Marcha, sino que motivó el surgimiento de nuevos recorridos y rutas provenientes de otros territorios.
Salimos el 25 de junio desde Popayán y pensamos que íbamos a llegar solos a Bogotá, pero la respuesta del movimiento social fue satisfactoria, abrazando este proceso y marchando con nosotros en las diferentes ciudades y regiones»
José Daniel Gallego, defensor de Derechos Humanos
Adicionalmente, José Daniel subrayó como logro el haber obtenido un espacio con las bancadas alternativas en el Congreso de la República, donde se suscribió un documento conjunto en el cual se hace un llamado a la ONU para la visita de relatores al país, poniendo en su conocimiento las diversas violencias y problemáticas que se viven en los territorios. Asímismo, manifestó que fueron atendidos por embajadas de otros países en Colombia para también facilitar la llegada de sus pedidos al organismo internacional.
En igual sentido, Javier Antonio Peña, del Proceso de Comunidades Negras –PCN– participante en la Marcha por la Dignidad, resaltó que debido a la contingencia de la pandemia hubo acercamiento y reuniones virtuales con organizaciones de DD.HH., embajadas de la Unión Europea y la ONU donde se buscaba que «supieran sobre la problemática que atraviesa en este momento nuestro país».
Fortalecimiento de la movilización social
Por otra parte, Erika Prieto, integrante de la Ruta Comunera, enfatizó en que uno de los objetivos de la marcha había sido llamar a la solidaridad del pueblo colombiano para consolidar un despertar popular y afirmó que lo que se viene para el movimiento social y popular, luego del auge de estas marchas, «es un ejercicio de lucha y resistencia» que según ella es lo único que le queda al pueblo colombiano para pronunciarse en contra del «mal gobierno». Por tal motivo, destacó el surgimiento de la Caravana y Misión de Verificación del sur de Bolívar como una nueva movilización que entra a sumarse a la Marcha por la Dignidad.
Teófilo Acuña, vocero de la Comisión de la Caravana del Sur de Bolívar, señaló que esta movilización se originó «para acompañar las luchas de organizaciones sociales en estos territorios» y evitar así, una inminente masacre y un desplazamiento masivo de las comunidades de esta zona, ya que son al menos 12 asesinatos los que se han registrado en solo 3 meses.
Adicionalmente, denunciar lo que para él es una «clara connivencia» entre paramilitares, fuerza pública e incluso autoridades civiles en algunos de estos municipios.
En nuestro territorio tenemos que decir que el paramilitarismo nunca se desmovilizó»
Teófilo Acuña, vocero de la Comisión de Interlocución del sur de Bolívar