Violencia policial. Fotografía ilustrativa tomada de Desde Abajo.
El pasado lunes 6 de junio, Temblores ONG, publicó su primer reporte sobre violencia policial del año 2022. El documento de 12 páginas da a conocer las denuncias recopiladas en la plataforma Grita y medios de comunicación que han hecho públicos estos sucesos, que además, fueron corroborados por la organización.
Este informe contempla el periodo del 1 de enero y el 30 de abril de 2022, meses en donde se presentaron 161 casos de violencia policial con un saldo de 299 víctimas. “En promedio durante el 2022 ha habido 1,3 casos de violencia policial cada día. Dentro de estos hechos registramos 67 casos de agresión física, 23 personas heridas, 67 retenciones, 8 casos de violencia sexual, 15 casos de violencia verbal, 9 montajes judiciales y 7 casos de violencia homicida”, dice el reporte.
Temblores ONG, también identificó que los departamentos con mayores agresiones de este tipo son Bogotá con el 44,7% de casos, seguido de Antioquia con el 16,8% y Santander con el 7,5%.
¿Cuáles son los principales escenarios para la violencia policial?
Contagio Radio conversó con Camilo Mendoza Samudio, investigador del observatorio de violencia policial y la plataforma Grita de Temblores ONG, quien comentó las percepciones de la organización en relación a lo registrado en años anteriores. En primer lugar, hay que señalar que aunque la protesta social acaparó la atención en el año 2021 con el Paro Nacional, no es el único escenario en el que la violencia policial tiene espacio.
De hecho, como señaló Temblores, los espacios a los que denominan cotidianos o son de carácter público han sido el principal lugar en el que uniformadas comenten agresiones. “La violencia policial como hemos podido notar desde Temblores ONG, ocurre tanto en escenarios que nosotros hemos denominado como cotidianos y en contextos de protesta social, precisamente porque la violencia policial es un entramado de prácticas es de carácter sistemático que responden a un andamiaje estructural que las leyes (…) El resultado que hemos visto a lo largo de estos años es el gran el gran rompimiento, la gran desconfianza que hay entre la ciudadanía con la Fuerza Pública al entenderla como una fuerza que no es garante sus derechos, sino todo lo contrario”.
“Existe como narrativa generalizada de que la violencia policial ocurre predominantemente en escenarios de protesta social, lo que nosotros creemos desde Temblores ONG, es que esta narrativa se construye en parte porque, durante estos escenarios de protesta social hay más intensidad de casos que se vuelve más visible (…) Es problemático en tanto hace que las soluciones o que el entendimiento del problema y las soluciones que se generan a partir de su entendimiento se reduzcan únicamente analizar escenarios de protesta como escenario de confrontación y de agresión”.
Camilo Mendoza Samudio, investigador del observatorio de violencia policial y la plataforma Grita de Temblores ONG.
El informe muestra que el 35,4% de los casos documentados se desarrollaron en un espacio público. “Este porcentaje es preocupante debido a que las víctimas son principalmente personas que necesitan del espacio público ya sea como forma de subsistencia o como escenario para la libertad de expresión y por ende, el espacio público se convierte en un lugar de violencias por parte de la Policía Nacional. Las principales víctimas son ciudadanías que históricamente han sido perseguidas y violentadas: trabajadores informales, personas usuarias de sustancias psicoactivas, colectivos comunitarios, y personas en situación de habitancia en calle. Por otro lado, los escenarios de protesta social son el segundo contexto con más casos con un 23,6%”.
Prensa y defensores de Derechos Humanos son las principales víctimas
Camilo, señaló que en comparación con el 2021 con el Paro Nacional, el 2019 y 2021, se evidencia que existen una serie de particularidades en las agresiones cometidas por miembro de la Fuerza Pública, y lo más grave es que pare que la relación entre la Institución policial y las y los ciudadanos de deteriora cada vez más.
“En este último Gobierno hemos visto como un incremento en la participación ciudadana en escenarios de protesta social, digamos en la intensidad de las manifestaciones y protestas. Un primer antecedente podría ser el paro del 21 de noviembre del 2019, donde Dilan Cruz fue asesinado por miembros del ESMAD. Otro antecedente sería el de la masacre del 9 de septiembre del 2020 en Bogotá y Soacha, donde la policía asesinó presuntamente al menos 13 personas, luego del asesinato de Javier Ordóñez. Este antecedente es importantes porque es de los primeros registros que tenemos de miembros de la Policía Nacional disparándole sus armas de fuego de dotación a manifestantes en escenarios de protesta (…) Hemos visto que se han intensificado las prácticas, como el uso el uso de las armas de fuego”.
Camilo Mendoza Samudio, investigador del observatorio de violencia policial y la plataforma Grita de Temblores ONG.
Mendoza expresó que lo plasmado hace parte de un circulo vicioso en donde además hay una población mayoritariamente afectada y son las y los jóvenes (con 13 estudiantes agredidos) la prensa (con 10 agresiones), las personas que trabajan en la defensa de los DD.HH. (6 defensores de derechos humanos), y personas dedicadas al trabajo informal (5 casos).
Los tres principales afectados, además son agredidos por representar un supuesto riesgo para el establecimiento, además de ser los principales denunciantes del mismo actuar de las autoridades encaradas de proteger a las y los colombianos.
A la información suministrada por el informe, se suma que el 62,7% de agresiones fueron perpetradas por la Policía Nacional. Respecto a la violencia homicida que se plasma en la gráfica de torta (segunda imagen), se expone que el 71,4% de agresores hacen parte de la Policía, después la Policía de Transito con el 14,3% y finalmente la SIJIN y GOES con el 14,3%.
Dentro de los patrones que denuncia Temblores, se da cuenta además del tipo de agresión que se comete en contra de cada sector o población vulnerado, en el caso de los casos de homicidio, la mayoría de víctimas son hombres que se ubican en edades jóvenes.
“Frente a la identidad de género de las víctimas encontramos que un 22% fueron mujeres trans, un 33,5% mujeres, otro 33,5% hombres y un 11% personas no binarias. Esto es preocupante porque significa que el 66,5% de las víctimas son personas con cuerpos feminizados o identidades de género disidentes”.
Para Camilo Mendoza, los retos para el futuro presidente son recuperar la relación entre la Fuerza Pública y la ente, e impulsar la reforma policial que según el investigador no fue una de las peticiones iniciales del paro, se ha convertido en parte de las motivaciones de los y las manifestantes.
Otras noticias:
Pacto Histórico había denunciado amenazas y «Chuzadas» desde Septiembre de 2021
ELN confirma que nunca tuvo secuestrada a la hija de Rodolfo Hernández