El 10 de mayo fue retenido por el ESMAD Arlés Hernán Bolaños, un joven que se manifestaba con un grupo de amigos en Cali, la ciudad que ha estado más fuerte y en la que ha habido más represión por parte de la Fuerza Pública durante el Paro Nacional.
Uno de los mecanismos usados para reprimir a los manifestantes pacíficos han sido los montajes judiciales, que se inician con la estigmatización y ambientación contra los jóvenes por parte de los oficiales policiales a los patrulleros.
En Cali, la mentalidad institucional y el evidente poder militar que hay sobre el alcalde Jorge Iván Ospina, sumado a los escenarios humanitarios realizados por la iglesia Católica en cabeza del Arzobispo, los atropellos se van conociendo poco a poco.
El pasado lunes 10 de mayo a la una de la mañana en el barrio Meléndez de Cali fue capturado Arlés Hernán Bolaños Zemanate, un joven indígena del Cabildo Yanacona, que como muchas familias había llegado junto a su familia a la capital del Valle del Cauca hace 12 años, huyendo de la violencia familiar o buscando un ingreso justo.
Bolaños Zemanate fue acusado de terrorismo y agresión a funcionario público y se encuentra privado de la libertad en la Estación del Lido, en Cali. Sobre la detención de Arlés afirma su hermana que «trabaja en los talleres de mecánica de sus hermanos mayores. El papá tiene un taller de bicicletería y también trabajaba allí. Cuando llegamos a la Fiscalía al otro día nos dijeron que lo estaban acusando de terrorismo porque según gente del ESMAD, él y otra chica les estaban tirando botellas con fuego a lo que Arlés se negó. También dicen que estaban vandalizando las estaciones algo que Arlés».
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El abogado defensor de Bolaños consiguió que le dieran casa por cárcel al joven de 18 años. Los defensores de derechos humanos señalan que este tipo de situaciones son frecuentes, las reglas básicas del derecho como el debido proceso y la sana crítica se desconocen por las prácticas que se normalizan entre las unidades policiales y el ente judicial.
Un defensor de la Comisión de Justicia y Paz en Cali manifestó que: «estos hechos son mucho más frecuentes de lo que parece. Aún se desconoce la dimensión de lo que ha venido sucediendo desde el 28 de abril en términos de violaciones de derechos humanos. Las salidas represivas solo han ocultado las razones profundas de injusticia y desigualdad social en la tercera ciudad más importante de Colombia. Acá la exclusión, la discriminación y el arribismo son parte del paisaje propiciado por una inexistente politica integral del Estado»
De acuerdo a un reporte actualizado de Temblores ONG, desde que empezaron las manifestaciones en Colombia se registran 1.055 detenciones arbitrarias, 2.110 casos de violencia policial, 362 víctimas de violencia física, y 39 víctimas de violencia homicida, entre el 28 de abril y el 13 de mayo.
La situación en Cali es delicada. Indepaz informó además que en estos días de Paro Nacional hay un saldo de 35 personas asesinadas en la ciudad de Cali y otras 12 en el resto del país.
El Arzobispo de Cali, Darío Monsalve, hoy extendió el llamado a una inclusión expedita y urgente, y también llamó a cesar la violencia. Además, replicó la expresión de uno de sus sacerdotes en medio de una confrontación de estos días en el sector de La María. «No más balas, paren ya las balas», logrando amainar los ánimos.
Noticia en desarrollo.
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