Desde representantes de la iglesia, la primera semana del mes de junio estuvo rodeada de diferentes anuncios, entre ellos la afirmación del Arzobismo de Cali, sobre una «venganza genocida contra el proceso de paz» , la replica de la Nunciatura Apostólica a este y lo que algunos denominaron como una división del sector religioso en Colombia.
Algunos días después Monseñor Monsalve, y a pesar de que el vocero en Colombia del Vaticano señaló que esta afirmación era mal usada y no representaba el parecer de la iglesia frente a las acciones del gobierno; Monsalve mantiene su afirmación, entorno al asesinato de líderes sociales y excombatientes, y además asegura que «la iglesia no puede guardar silencio frente a la situación del país».
Y pese a que las posturas de los dos representantes resultan ser divergentes, en algunas entrevistas Monseñor Montemayor, nuncio apostólico nombrado hace diecinueve meses por el papa Francisco, coincidido en que «resulta desalentador ver los pocos avances en materia de diálogo de paz con el ELN«.
Esto luego del llamado que hizo el Consejo de Seguridad de la ONU a un cese al fuego global, durante 90 días, al cual el ELN propuso al Gobierno nacional unirse, con el fin de crear «un clima de distensión humanitaria, favorable para reiniciar los Diálogos de Paz», invitación a la que el Gobierno se negó.
«La iglesia no puede desconocer el aumento de la violencia en Colombia»
Resaltando que entiende la frustración de Mons. Monsalve luego de 44 años de trabajo riguroso por la paz, ante un panorama de claro retraso en el Proceso de Paz; el Nuncio afirmó en una entrevista que este no debe ser motivo para culpar al Gobierno señalando que este tiene una mala intención.
«Respeto lo que dice el nuncio y otros religiosos de otras comunidades, pero en este punto tenemos que ser nosotros inflexibles»
Arzobispo| Oscar Dario Monsalve
Y agregó que esta es una tarea conjunta en donde «la sociedad tiene que poner su parte, no todo lo hace el Gobierno, esto es una democracia», extendiendo el llamado a los sectores privados, a las comunidades, los Gobernadores y Alcaldes, para que se movilicen, exijan, argumenten y participen en este proceso.
Por último ante el llamado al cese bilateral el Nuncio afirmó que se debe esperar que puede pasar, pero que por su parte la comunidad internacional «desearía un cese del fuego bilateral de 90 días, por razones humanitarias«, y agregó que es probable que la guerra continué, pero esto, «no tiene por qué golpear al pueblo y a las regiones más pobres».