Catedral Primada de Colombia. Fotografía tomada de Radio Nacional de Colombia.
En medio de una eucaristía religiosa llevada a cabo en la Catedral Primada de Colombia, ubicada en la Plaza de Bolívar de la ciudad de Bogotá, varios jóvenes ingresaron para llevar a cabo una manifestación. El hecho que se difundió rápidamente por medio de las redes sociales y ha generado todo tipo de comentarios.
En vídeo se evidencia como los y las jóvenes ingresan a la iglesia, se ubican en las sillas de lugar y gritan algunas arengas. A pesar del asombro que causó el acto, no hubo ninguna persona herida, y las y los manifestantes abandonaron el lugar tras el accionar de los empleados del establecimiento religioso.
Algunos cibernautas expresaron que aunque el hecho vulnera la libertad de culto de los feligreses, no representa una «toma», acto de vandalismo o de «terrorismo» como han afirmado aquellos que rechazaron el hecho.
En pleno escenario electoral vimos incluso como sectores políticos y uno que otro candidato a la presidencia, afirmaron que el hecho fue auspiciado por Gustavo Petro, líder del Pacto Histórico. Lo anterior sin evidencias claras, únicamente señalamientos que iban y venían.
CONTAGIO RADIO conversó con el sacerdote jesuita, Jonathan Marín y con la periodista, politóloga e internacionalista, Laura Gil, para analizar el suceso desde diversas perspectivas. Ambos concuerdan en que la manifestación si vulnero el acto religioso de los feligreses, pero no trascendió, e incluso señalaron que se ha querido sacar provecho de la situación para influir en la decisiones de las y los votantes el próximo 29 de mayo.
Simona, lideresa de los «Escudos Azules» negó que sus «poemas y consignas» tuvieran un tinte de izquierda o derecha
Simona, lideresa de «Escudos Azules» e integrante de la «Red de Artistas en Resistencia», dialogó con Daniel Coronell y le afirmó que el evento realizado no fue auspiciado por el candidato del progresismo, ni tampoco viene como parte de una guerra sucia perpetrada por la derecha.
“Nuestras acciones no caben en sus urnas y hemos manifestado que no somos petristas ni uribistas (…) las están enmarcando e instrumentalizando (…) Fueron nuestros corazones indignados ante tanto dolor y tanta falta de empatía ante tantas muertes que murieron en las calles, los que no han tenido garantías sociales”.
Simona en El Reporte Coronell.
Manifestación no debe convertirse en un «linchamiento colectivo»
Una de las voces de la Iglesia Católica, el sacerdote jesuita Jonathan Marín, señaló que el acto si fue intolerante con su religión, y que es un hecho que no debería afectar ninguna practica de ningún credo o religión.
«Existe un llamado de parte de la Iglesia Católica a que podamos respetar la libertad de cultos y la libertad religiosa, no solo del credo católico y cristiano, sino de todas las profesiones de fe en nuestro país. Esta libertad religiosa, esta libertad de culto, es un principio constitucional profundamente enmarcado dentro de nuestra democracia, y es importante que podamos reconocer el valor que esto tiene dentro de nuestra sociedad. Creo que esa libertad religiosa y esa laicidad del Estado que se expresa en esa libertad, es un signo indiscutible de una sociedad humanizada, porque plantea precisamente el respeto a todas las creencias y las opciones de vida de las demás y cualquier acto que viole o ponga en entredicho pues esa libertad, está poniendo en riesgo valores fundamentales»
SJ Jonathan Marín.
A pesar de que la manifestación molesto a las y los feligreses y sorprendió a la Iglesia, la misma institución ha señalado que parte de la tolerancia a la que invita su fe está en no atacar a las y los jóvenes que realizaron el «performance». El sacerdote Marín señalo que esto no tiene porque convertirse en un «linchamiento colectivo», en el que se agredan o cuestionen a los y las manifestantes, sino que se invita a la construcción de paz de manera individual y desde el otro.
La politóloga e internacionalista, Laura Gil, también señaló que si bien el acto interrumpió la misa, a lo que se enfrentarían los involucrados sería una multa y no un castigo carcelario, como se ha pedido y que resulta también ser exagerado, sobretodo tras las afirmaciones de candidatos presidenciales, sectores políticos y el mismo presidente Iván Duque.
Ambos entrevistados afirmaron que la plaza pública es donde deben gritarse estas arengas y a si mismo deben ser escuchadas, pues nacen de un inconformismo frente al papel de las instituciones y después de lo que se conoció como un «estallido social».
El sacerdote insistió en el mensaje del Papa Francisco, en el que se pide que bajo el nombre de la religión católica no se promueva la violencia y mucho menos se constituyan conflictos y guerras. La Iglesia invitó a que los jóvenes no fueran atacado y por el contrario sean rodeados y escuchados.
«Hasta la fe nos quieren expropiar»: Federico Gutiérrez
Laura Gil, manifestó que parte de las afirmaciones realizadas por el actual Gobierno y candidatos como Federico Gutiérrez, han estigmatizado la protesta social. Incluso la experta, cuestionó que estos mensajes buscan invalidar toda la movilización de las y los colombianos indignados con problemáticas graves como el asesinatos de líderes, lideresas sociales y excombatientes.
La internacionalista, también indicó que estos hechos no se deben calificar como ataques o como terrorismo, aunque fue enfática en que si ofendió a las y los feligreses y debe ser algo que no se desarrolle en medio de las iglesias, sea cual sea la religión a la que pertenezca.
El sacerdote Marín, tanto en sus redes sociales como en medio de nuestra entrevista, insistió en que también hay un derecho a la libre expresión y a la protesta, y que se cuestiona como está el país para que los y las jóvenes se vean obligados a gritar sus inconformidades al interior de un templo religioso. Marín invita a que cada unos de los derechos sean respetados y que se rodeen a estos jóvenes, no como enemigos, sino como parte fundamental del presente y futuro de Colombia.
«Muy fácilmente solo nos quedamos con la parte de la historia y es la historia un poco indignada de cómo es posible que estos jóvenes enmascarados protagonicen pues está proclama político – religiosa en medio de un templo. Una parte de la visión es la intolerancia al ejercicio público de las creencias, puede ser una clave de lectura, pero yo también propongo otra, y es cómo estarán de mal las cosas en nuestro país, que nuestros jóvenes asumen el templo cómo lugar posible en el que pueden decir, afirmar, gritar sus propias opiniones y juicios. Opiniones y juicios que deberían ser escuchadas gritadas, precisamente en la plaza pública. Yo considero que no podemos juzgar esta experiencia concreta que hemos vivido los católicos en uno de los centros religiosos más importantes de nuestro país y nuestro creo , sin conectar esta realidad con lo que nuestros jóvenes están viviendo (…) por levantar su voz contra un sistema que está podrido desde adentro».
SJ Jonathan Marín.
El SJ Jonathan Marín, también nos contó como percibe los discursos que han girado en torno al hecho e incluso frente a la afirmación del candidato presidencial del Equipo por Colombia, Federico Gutiérrez, sobre «expropiar la fe», según el religioso, expropiar la fe es no solo no garantizar el libre ejercicio de esta, sino también utilizarla para adquirir beneficios electorales.
«Me parece determinante esa expresión y yo la completaría del siguiente modo, quienes quieren expropiar la fe no son solamente quiénes no asumen la necesidad y el deber de proteger el derecho al credo, sino también quiénes manosean los discursos religiosos para ganar votos, esos expropian la fe de una manera sacrílega e incluso idolatra. Incluso aunque se presenten con motivos, con palabras o con expresiones que son profundamente religiosas o incluso en discursos que aparecen como no religiosos, pero que piden una obediencia total, es decir son totalmente autoritarios, asumen la necesidad de una obediencia del ciudadano que no es visto ya como un sujeto sino como objeto. Decía el Papa Francisco no más la fe como un arma para la violencia, para el conflicto».
SJ Jonathan Marín.
Finalmente el SJ, señaló que el uso de la religión dentro del escenario político es algo que debe estar a parte no solo frente al comentario de Federico Gutiérrez, sino de todas y todos aquellos que quieren ocupar la Presidencia, pues es parte también del respeto que se debe a esta, independientemente si se cree o no en ella.
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