Foto: Censat
La disputa entre Caparrapos y Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) por el dominio territorial del Bajo Cauca Antioqueño y el control de los corredores estratégicos del narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión, continúa arremetiendo contra los más de 312.000 habitantes de esta región de los cuales cerca de 68.726 personas, son reconocidos como víctimas del conflicto armado según el Registro Único de Víctimas.
El más reciente de estos ataques se dio el pasado 3 de junio cuando hombres armados y vestidos de negro llegaron hasta el corregimiento El Guaimaro, Cáceres y asesinaron a cuatro personas. Según Óscar Zapata, integrante de la Coordinación Colombia Europa Estados Unidos, aunque aún se desconocen los responsables, esta es una de las zonas bajo el dominio de Los Caparrapos y donde las AGC o el Clan del Golfo, habrían atacado a modo de retaliación, atentando contra la población que «como siempre está en medio de la confrontación y es la que más afectaciones sufre».
Reflejo de este enfrentamiento también son los sucesos que ocurrieron en Tarazá el pasado 17 de mayo cuando una persona murió y otras siete resultaron heridas comoc consecuencia de la explosión de una granada en el corregimiento El Doce. (Le puede interesar: Al Bajo Cauca no llega la sustitución pero si la extorsión y el desplazamiento)
Pese a que la Fuerza de Tarea Aquiles del Ejército, compuesta por más de 4.500 hombres, hace presencia en el Sur de Córdoba y el Bajo Cauca, de la que hacen parte los municipios de El Bagre, Nechí, Cáceres, Caucasia, Tarazá y Zaragoza, «El Bajo Cauca experimenta un fuerte grado de ingobernabilidad», sentenció Zapata quien agregó que aquí «no manda el Estado, mandan las estructuras paramilitares que buscan tomarse el poder». (Lea también: Fuerza de Tarea Aquiles no evitó desplazamiento de más 120 familias en Bajo Cauca
El defensor de derechos también expresó su preocupación pues de cara a las elecciones locales en la región, es probable que los grupos que se disputan el territorio busquen ubicar funcionarios en las alcaldías y gobernaciones afines a sus objetivos. Zapata mencionó que en el Bajo Cauca también hay presencia del ELN y las disidencias de las FARC, sin embargo prevalecen en una menor proporción. (Lea también: Se libra una guerra por tomar el control del Nudo de Paramillo)