Este domingo 13 de diciembre fue asesinado Freiner Lemus, excabildante y guardia indígena, en el resguardo de Togoima, en el municipio Páez, departamento del Cauca. Según el Instituto de estudios para el desarrollo y la paz (Indepaz) son 291 líderes y defensores de DDHH asesinados en 2020.
El Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC ), rechazó el hecho a través de un comunicado manifestando que «nuevamente el municipio de Páez es epicentro de la violencia que azota el país, está vez grupos fuertemente armados interrumpieron la tranquilidad de la vereda Guadualejo del resguardo de Togoima, asesinando al excabildante Freiner Lemus, quien se encontraba en la zona».
Freiner Lemus, tenía 22 años y era integrante del pueblo Nasa ubicado en la vereda de Guadualejo. El hecho que ocurrió sobre las 8:00 pm del domingo se da previo a la reunión convocada para este lunes, en donde de manera extraordinaria se reunirían en el resguardo para hablar sobre la situación de desarmonía territorial producto de los conflictos en la región. (Derechos Humanos: Un camino de afirmación de la vida)
Organizaciones como Indepaz advierten que los grupos armados consideran enemigas a las comunidades indígenas porque hacen control en su territorio y ejercen autoridad, lo que va en contravía de sus intereses en particular las explotaciones mineras y el narcotráfico.
Para octubre de 2020 en Colombia habían sido asesinados 54 miembros de comunidades indígenas, agresiones que han sido registradas con mayor frecuencia en los departamentos de Chocó, Nariño y Cauca; este último contando incluso con un aumento del pie de fuerza de la Brigada 29 del Ejército y la Fuerza de Despliegue Rápido (FUDRA) que suman cerca de 10.000 hombres, sin embargo la violencia continúa.
Pese a que la reunión será aplazada, teniendo en cuenta los nuevos puntos de análisis y exigencias de vida, las 17 autoridades indígenas agrupadas en la Asociación de Autoridades Ancestrales Territoriales Nasa Çxha çxha, rechazaron «todo acto de violencia que generan los grupos armados, vengan de donde vengan, que lo único que generan es dolor, rabia y tristeza acabando con la vida de las comunidades y afectando los propósitos e intereses de los planes de vida de cada espacio territorial».