La entrega digna se realizó entre el 1 y 3 de marzo de 2023 en la zona humanitaria Las Camelias es Tesoro y la Zona de Biodiversidad Isaac Tuberquia. Participó la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz (J&P), la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), el Ministerio Público, el Consejo Comunitario del río Curbaradó, la Misión de Verificación de la ONU, la Unidad de Víctimas y la compañía de observadores internacionales. Sus restos reposan en el cementerio comunitario de Llano Rico.
Por Carolina Toro Leyva
Camelias es Tesoro. Chocó. “Autodefensas campesinas; eso suena tan bonito; porque claro, lo que quieren es defender al campesino”, recuerda doña Mariela, que su esposo, el señor Isaac Tuberquia, siempre le decía cuando escuchaba hablar de ellas. “Él era un soñador”, me dice mientras fija la vista en uno de sus hijos. Un líder campesino que ayudó a otros a encontrar su camino, a trabajar estas tierras y a buscar un mejor futuro.
Vive en una casa grande rodeada de platanales. Las calles son polvorosas y para llegar a su casa hay que recorrer un camino estrecho. Esta mañana está particularmente feliz, ya está próxima la entrega de los restos mortales de su esposo; pero a la vez está triste porque ha sido dura su ausencia; porque le negaron a ella y a su familia el derecho a llorar su muerte en algún sitio, de llevarle flores cuando quisieran; de cerrar el duelo. Algo que miles de colombianos no han podido hacer tras décadas de conflicto.
Placa entregada en memoria del señor Isaac Tuberquia Higuita y la líderesa, Ligia María Chaverra. Su familia la pondrá en la zona de Biodiversidad Isaac Tuberquia, Chocó. Foto: Carolina Toro, Contagio Radio.
“Aunque él ya no está conmigo, yo siento su presencia todo el tiempo. Él me ha guiado para criar a mis hijos y me ha llenado de fuerza”, me dice doña Mariela para quien la búsqueda después de 26 años por fin terminó. Finalmente, después de varios años de esperar luego de haber encontrado los restos de don Isaac, y de algunos intentos fallidos que habían hecho sus hijos buscándolo, la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desparecidas entregó, este 2 de marzo, los restos mortales del señor Tuberquia a su familia para que ella, sus hijos, los hermanos de su marido, sus amigos y la comunidad, en general, pudieran rendirle un sentido homenaje.
Y no es para menos, su recuerdo sigue vivo en todo aquel que tuvo la fortuna de conocerlo. Era un hombre robusto y de mirada tranquila; según sus hijos de pocas palabras y con un don para entenderse con los animales único. “Cuando mi padre entraba a un establo las reses le hacían campo, cuando las consentía, ellas se quedaban quietas y siempre podía curarlas cuando estaban enfermas”.
“Sí, me cumplieron, pero muy tarde, ya casi ni encuentran nada de él. Menos mal pudo reconocerse algo”, aseguró doña Mariela, su esposa, mientras se frota las manos como si tuviera frío. Fotos: Carolina Toro, Contagio Radio.
“Yo de mi padre aprendí todo en la vida, menos a ordeñar”, recuerda don Uriel, uno de sus hijos, mientras sonríe y agrega: “es que el legado más importante que mi padre nos dejó fue su tenacidad, su amor por los animales, la unión familiar (…) y si ve, acá nos reunió de nuevo con los familiares que yo no veía desde que era un niño y eso me llena de felicidad”, dijo.
“Ha sido muy bonito reencontrarse con la familia porque cuando nos desplazamos unos cogieron por un lado, y los otros por otro (…) no nos volvimos a ver, es más algunos ni siquiera se conocen”, asegura doña Mariela. Ella y su esposo salieron muy jóvenes de Buriticá, Antioquia, en ese entonces, con sus seis hijos en busca de un mejor futuro en estas tierras. Montaron una tienda de abarrotes, cultivaban la tierra y vivían muy bien hasta que llegó el primer grupo armado que quería sacarlos de su tierra y lo logró. Ellos se han desplazado varias veces dentro del mismo departamento, pero con tenacidad regresaron al territorio y permanecen en él.
Y así fue la entrega digna
Nos ofrecen una taza de café que no humea, doy gracias por ello, es imposible, tomar cualquier bebida caliente, el calor es sofocante. Sigue contándome que Don ‘Sasa’, como le decían de cariño, era un líder natural. Él fue miembro de la Junta de Acción Comunal, lideró procesos educativos y era conocido por su conocimiento en medicina, veterinaria y cuidado de animales. “Sí, me cumplieron, pero muy tarde, ya casi ni encuentran nada de él. Menos mal pudo reconocerse algo”, asegura mientras se frota las manos como si tuviera frío. Una de sus hija me dice: «ahora vemos bien el acompañamiento, pero hubo desorden y nos hubiera gustado que fuera mejor».
“Adiós padre y adiós madre; adiós hijos, yo me voy; Yo me voy pa’ tierra ajena; Yo no sé pa’ dónde voy”, versan los alabaos que enaltecieron la despedida del señor Isaac, y que fueron entonados por las mujeres catadoras y buscadoras de la región, durante los actos de entrega digna que se realizaron entre el 1 y 3 de marzo de 2023 en la zona humanitaria Las Camelias es Tesoro y la Zona de Biodiversidad Isaac Tuberquia.
El primer día, fue el acompañamiento psicosocial liderado por la Comisión de Justicia y Paz, en el cual sus hijos y su familia extendida hablaron de don Isaac, recordaron sus enseñanzas, su inspiración y pudieron por fin llorar. Le escribieron mensajes, pintaron una tela en su honor recogiendo todo lo que él significaba para ellos y encendieron velas para darle el último adiós. “Yo me siento muy agradecido porque a nosotros nos negaron el derecho a llorar su muerte y hacer esto es muy importante”, señala Frey, uno de sus hijos.
El segundo día, se hizo la explicación científica técnica por parte de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas y Medicina Legal, en la Zona de Biodiversidad Isaac Tuberquia, en donde la familia pudo esclarecer las dudas y recibir explicación sobre el trámite que debió surtirse para comprobar al 100% que los restos encontrados eran del señor Tuberquia. Allí también hubo un espacio para el acompañamiento psicosocial por parte de la Comisión de Justicia y Paz.
Y el tercer día, se realizó la eucaristía en memoria de don Isaac en la Zona Humanitaria Las Camelias es Tesoro y bajo un cielo encapotado a pesar de ser verano; doña Mariela no pudo asistir, su salud no se lo permitió. Todos sus hijos que le sobreviven y su familia extendida estuvo ahí. Inició el acto religioso acompañado de las mujeres cantoras y buscadoras de la región, algo que llenó de nostalgia todo el espacio. Luego se dio inicio a la diligencia judicial, presidida por la magistrada Nadiezhda Henríquez, relatora del #Caso04, que investiga la Situación Territorial Urabá. El acto estuvo acompañado por el Min. Público, el CC del Curbaradó, la Misión de Verificación de la ONU, la Unidad de Víctimas y la compañía de observadores internacionales.
“Esto que estamos viviendo es muy duro. Para mí, mi papá se murió hoy; y a las personas que tienen familiares desaparecidos les digo que no pierdan la fe”, dijo su hija Adriana visiblemente conmovida. Fotos: Carolina Toro, Contagio Radio.
Sus hijos, los dos que fueron designados por la familia: Adriana y Uriel, agradecieron a las instituciones por el trabajo realizado que les permitió traer a su padre a casa y darle cristiana sepultura y pidieron continuar buscando a otros desaparecidos en la región. Por su parte, las instituciones se solidarizaron con el dolor de la familia y reiteraron su compromiso por continuar adelantando labores que permitan mejorar las condiciones de vida en todo el territorio. El director de la Comisión de Justicia y Paz compartió la historia y formas de resistencia de la familia Tuberquia, y la necesidad de continuar trabajando en la construcción de propuestas que proyecten territorios de paz, diálogo, reconciliación y convivencia.
Los familiares de señor Isaac Tuberquia, líder comunitario asesinado hace casi 26 años por Paramilitares (Bloque Elmer Cárdenas) con la connivencia de la Fuerza Pública (Brigada XVII), por fin pudieron rendirle homenaje. “Esto que estamos viviendo es muy duro. Para mí, mi papá se murió hoy; y a las personas que tienen familiares desaparecidos les digo que no pierdan la fe”, dijo su hija Adriana visiblemente conmovida.
La familia Tuberquia fue desplazada de su territorio sin poder conservar información sobre el lugar exacto en el que fue inhumado don Isaac. Trece años después regresaron a la región e iniciaron la búsqueda del sitio de inhumación de su ser querido, pero el cultivo de palma africana había cambiado la geografía del lugar. Era difícil ubicar sus restos, pero finalmente lo lograron. Ahora, ya tienen su cuerpo para darle cristiana sepultura, llorar su muerte y cerrar su duelo.
Al terminar la diligencia familiares y amigos se dirigieron al cementerio de Llano Rico para darle el último adiós. Después de unas palabras a su memoria, de a poco, se fue quedando solo el lugar bajo un calor que no daba tregua pese a que ese día el sol no salió. “Estamos felices porque vamos a tener un lugar para irlo a llorar y ponerle sus velitas; y por otro lado, estamos tristes porque ya no está con nosotros. (…) Lo que nos quita la guerra nunca nadie va poder repararlo”, dijo una de sus hijas mientras nos íbamos. Ahora emprendíamos otro camino, el regreso a casa.
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