El pasado martes en el Congreso de Colombia se hizo una sesión solemne de reconocimiento y ofrecimiento de perdón por el genocidio de la UP y el proyecto que crea el Día Nacional en conmemoración de las víctimas de este partido político exterminado por el Gobierno.
Por Redacción Contagio
Bogotá. Con un minuto de silencio empezó la sesión especial en el Congreso de la República para honrar la memoria de las más de 6 mil víctimas del genocidio de la UP. Este acto de reconocimiento y de perdón hace parte de las medidas que el Estado colombiano deberá asumir para dar cumplimiento a la sentencia que la CIDH le impusiera el pasado 30 de enero por el exterminio de la Unión Patriótica.
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“Es un ejercicio de la memoria colectiva y al mismo tiempo una responsabilidad de vida para contribuir al desarrollo de los seres humanos comprometidos con los derechos fundamentales, vulnerados sin límites en Colombia en hechos que lastiman la dignidad nacional y universal”, aseguró Aida Avella al Semanario Voz después de la sesión extraordinaria.
La senadora Imelda Daza, quien militó en la UP, trino en su cuenta de Twitter: “Fueron víctimas dos candidatos presidenciales, ocho congresistas, diputados, alcaldes y cientos de líderes, las víctimas, dice la sentencia, sumaron más de 6 mil, no importa la cifra, condenamos estos hechos”.
También se radicó el proyecto de ley que crea el Día Nacional en conmemoración de las víctimas de la UP. Por su parte el senador Ariel Ávila dijo: «miembros del Ejército, de Policía y del DAS, en alianza con paramilitares y narcos asesinaron más de 4 mil miembros de la UP, conocida como la operación Baile Rojo. Hoy, el Estado, pide perdón».
La Comisión Intereclesial de Justicia y Paz asegura que este ejercicio de memoria no es para quedarse en el dolor y en lo ya pasó, sino para establecer un compromiso con el presente y el futuro, porque hay que empezar a construir desde allí para que las generaciones venideras se comprometan con los valores del respeto, la solidaridad, la integración, la no indiferencia y el sustento de la memoria como acto transformador.