A través de un audio grabado por una reconocida periodista aliada de este medio, una de las personas que fue testigo de la masacre de 11 personas en Puerto Leguizamo, Putumayo, relató los momentos de horror que vivieron los habitantes de ese corregimiento en el que integrantes del Ejército asesinaron a sangre fría a las personas que se encontraban disfrutando de un bazar en el que se recogen fondos para las actividades comunitarias.
En el desgarrador relato de la testigo da cuenta del asesinato a sangre fría del gobernador y del presidente de la Junta de Acción Comunal de la Vereda. Según ella, las personas se encontraban departiendo en el lugar y el ejército entró disparando, asesinando a varias personas que trataron de salir del lugar, algunos por tierra y otros tirándose al rio.
Sin embargo no habrían logrado escapar de las balas del ejército que «remató» a las personas en el agua. Además, a las personas que resultaron heridas no les prestó ninguna atención y varios de ellos murieron ante la mirada de los militares.
Adicionalmente, denuncian el desplazamiento de varias familias que ante la crueldad de los militares salieron huyendo de la región con rumbo hacia Ecuador buscando refugio y protección por parte de los efectivos del vecino país. Hasta el momento se desconoce el número de personas desplazadas pero se teme por su seguridad.
Por su parte el Senador Feliciano Valencia aseguró que los fondos producto del Bazar habrían sido hurtados por los militares. Se trataría de aproximadamente 11 millones de pesos que serían usados para actividades comunitarias de mejoramiento de la infraestructura.
Otro de los apartes del relato de la testigo tiene que ver con que los militares intentaron arreglar la escena del crimen para justificar los asesinatos. Según el testimonio los militares implantaron fusiles para poder asegurar que los muertos pertenecían a los llamados «comandos de frontera», sin embargo, las armas implantadas no estaban cerca de los cuerpos de los asesinados.
En el relato también se da cuenta de que efectivos militares no permitían el ingreso de los familiares de las personas que se encontraban n el bazar comunitario y pretendieron ocultar lo que allí estaba sucediendo. Al ingreso de algunas de las personas se pudo establecer que los heridos pidieron auxilio pero no fueron atendidos y murieron esperando atención.
En rueda de prensa por parte de la OPIAC, la comunidad asegura que pudo establecer que el ejército activó explosivos y algunas granadas con la intención de destruir las evidencias y evitar el reconocimiento de los cadáveres, además, retiró los cuerpos sin la presencia de la fiscalía lo que impediría el esclarecimiento de todos los hechos.
Esta masacre, perpetrada por militares enciende las alertas y la preocupación de todo el país y de la comunidad internacional , por la crueldad con que fue realizada y la información que se ha difundido por parte del Ministerio de Defensa que atenta contra toda verdad.
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