En una rueda de prensa que ocurrió el 6 de marzo, convocada por el consejo interétnico e intercultural del norte del Cauca, se habló de la situación de derechos humanos de este territorio y el aumento exponencial del conflicto armado.
La tabla que se expuso sobre las violaciones a los derechos humanos se divide en 5; homicidios (213), amenazas (826), atentados (68), masacres (16) y hostigamientos/combates (125).
En la rueda de prensa y en un comunicado, se manifestaron para transmitir la preocupación de la constante violencia que están sufriendo las comunidades y la violación a su derechos humanos por parte de actores armados.
En ese mismo sentido, aclaran que las situaciones de riesgo a la integridad física, territorial y sociocultural de los pueblos que habitan en el norte del Cauca, se ven afectados por el conflicto armado que resurge en diferentes partes de Colombia.
A partir de estas declaraciones, se mostró una investigación del observatorio de derechos humanos del consejo, donde retratan los hechos violentos que las comunidades del norte del Cauca han sufrido del 2019 a 2021.
Los motivos de la violencia y otros factores que alimentan el conflicto armado también son denunciados en la rueda de prensa, como la presencia de cultivos de uso ilícito, la minería no artesanal y la violencia intrafamiliar y sexual, hechos que, según el comunicado, se vinculan a las dinámicas del conflicto y sus territorios.
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El estado colombiano sigue sin tomar medidas en contra de un conflicto que renace en los territorios
Por los motivos que se mencionaron, el Consejo interétnico e intercultural denuncia el retraso en la implementación del Acuerdo de Paz y el desconocimiento del Gobierno colombiano en las causas estructurales de la conflictividad social en Colombia.
Así mismo, demandan o exigen la construcción de una ruta de participación de las comunidades y organizaciones sociales para la implementación de planes, programas y proyectos para la construcción de la paz.
En otro punto que se tocó en la rueda de prensa, se le exige una vez más al Estado que garantice la protección para el ejercicio de defensa de los derechos humanos, sin que implique una militarización de los territorios.
También, dentro de las peticiones, se exige a todos los grupos armados el cese al fuego y a sus actividades que van en contra de la vida y la paz del territorio.
Por las razones expresadas, el consejo territorial interétnico e intercultural del norte del Cauca se declara en asamblea permanente, actos que van en conjunto con recorridos territoriales e intercambios de conocimientos para fortalecer la unidad y brindar acompañamiento a las comunidades que han sido afectadas por la violencia.
En última instancia, piden al ministerio público y a las organizaciones nacionales e internacionales defensoras de derechos humanos visibilizar los procesos organizativos y el acompañamiento en los reclamos de la vulneración de los derechos de todos los colombianos que padecen de la violencia.
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¿Por qué hay conflicto en el norte del Cauca?
Durante el 2021, en el departamento del Cauca, según cifras de la INDEPAZ, han asesinado a 7 líderes sociales y tres firmantes del Acuerdo de Paz.
Desde la Firma del Acuerdo de Paz hasta el 2020, han asesinado a 226 líderes sociales y defensores de derechos humanos en este mismo departamento.
Las disputas entre grupos armados dio su inicio en el norte del Cauca cuando las AUC entraron por el norte del municipio para disputar el territorio con los grupos guerrilleros, región estratégica que conecta con el Pácifico y con el sur del Valle.
En la actualidad, según las autoridades militares, el ELN tiene presencia en el territorio del suroccidente y el Pácifico caucano con frentes de guerra llamados “Manuel Vásquez Castaño” y “José María Becerra”.
Con esa misma información se evidencia la presencia de disidencias de las FARC que se autodenominan “Dagoberto Ramos” y “Jaime Martinez”.
La presencia de estos grupos armados se han registrado en los municipios de Corinto, Toribío, Miranda, Santander de Quilichao y Caloto.
El frente “Jaime Martínez” controla la producción de cocaína que llega al norte del Cauca desde el sur del departamento y por la cordillera central desde Tolima, Caquetá y Putumayo, cuyo objetivo es atravesar el territorio caucano para llegar al Pacifico y así negociar el pago de las mercancías a narcotraficantes nacionales y extranjeros.
El conflicto en el territorio caucano también afecta a las comunidades por amenazas de grupos armados a líderes sociales y defensores de DDHH.
Desde 2007 se registran intimidaciones a la comunidad por parte de un grupo armado que se hace llamar “Águilas Negras”. Bajo este nombre han llegado panfletos que amenazan con la vida de los líderes y defensores de derechos humanos en el norte del Cauca.
Sin embargo, las denuncias han sido deslegitimadas por el Gobierno colombiano, ya que el entonces Ministro de Defensa, Guillermo Botero (2018-2019), había dicho que el grupo armado “Águilas Negras” no existía.
A parte de los ya mencionados grupos armados, se han presenciado miembros de los Carteles de Sinaloa y Jalisco de México, cuya operación se registra en el municipio de Jamundí.
Otra de las razones que alimenta la vulneración de los derechos humanos y la violencia hacia los defensores del medio ambiente es la oposición de las comunidades a las retroexcavadoras que extraen oro de los ríos Cauca y Ovejas y a títulos mineros asignados a compañías extranjeras, que según las denuncias de las comunidades, contratan a grupos armados para la protección de las actividades extractivas.
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