El 24 de diciembre el presidente Iván Duque firmó el contrato para llevar a cabo el primer piloto de fracking en Colombia. Situación que no solo ha generado el rechazo del movimiento ambientalista que denuncia “se firmó una sentencia de muerte en contra de los ecosistemas”; sino que se suma a las promesas incumplidas de su campaña presidencial, en donde aseguró que no permitiría este tipo de exploraciones en su mandato.
El proyecto Kale favorece intereses de multinacionales
El proyecto llamado «Kale» se llevará a cabo por Ecopetrol con un contrato de 76 mil millones de dólares. Este se desarrollará en Puerto Wilches, Santander en la cuenca media del río Magdalena y contará con 455 hectáreas; se proyecta que las perforaciones inicien a mediados del año 2021, una vez obtengan los trámites de licenciamiento ambiental.
No obstante, el congresista del partido Verde, Julián Rodríguez Sastoque denunció que si bien el contrato se anuncia como un “proyecto piloto de investigación orientado a los yacimientos no convencionales” autoriza la técnica del fracturamiento hidráulico, es decir el Fracking. Este hecho daría paso a que otros proyectos piloto solicitados por multinacionales como Conocophilips o Drumond puedan ser autorizados. (Le puede interesar: «Ni hoy ni nunca, entrevista Censat Fracking»)
“De esta manera se oficializa la política de destrucción ambiental de Iván Duque, a través de este contrato que pone en riesgo la vida, la supervivencia de las especies, de nuestros ecosistemas, de nuestros páramos y la protección de nuestras fuentes hídricas”. (Le puede interesar: «El fracking no es compatible con el desarrollo sostenible: Procuraduría«)
«Duque firmó la sentencia contra los ecosistemas»
Rodríguez también recordó que durante la campaña electoral, el actual presidente Duque afirmó que “el fracking en Colombia tiene demasiadas complejidades, y tiene afectaciones graves a acuíferos subterráneos, ecosistemas diversos, y además a mucha biodiversidad. Yo no voy a dejar que se haga un solo proyecto de fracking en Colombia que afecte los ecosistemas, que afecte acuíferos y las cuencas”.
Afirmaciones que van en contravía de sus promesas de campaña y que según Rodríguez evidencias los millonarios intereses detrás de este respaldo al fracking que es «una sentencia de muerte a los ecosistemas».