En medio de las críticas por las decisiones que ha tomado el gobierno de Gustavo Petro y el Pacto Histórico, son varias las discusiones que se han abierto en el país y que antes eran impensables. Desde las relaciones exteriores, hasta la posibilidad de un modelo de justicia basado en la restauración de los daños son los temas que se han abierto.
La paz por fin es una discusión de país con centro en los territorios rurales
Uno de los primeros temas que se puso sobre la mesa fue el de la «Paz Total» política bandera del gobierno Petro. En esta iniciativa se busca que las comunidades afectadas por los diversos tipos de violencia puedan comenzar a construir sus proyectos de vida en la tranquilidad de que el conflicto y la muerte no los alcanzaran por cuenta de los actores armados, sean de estructuras guerrilleras, paramilitares u otras.
Sobre este tema, cuando el país hablaba de paz se limitaba a pensar en las organizaciones guerrilleras o paramilitares y en los diálogos a los que se pudiera llegar, en ese sentido el debate se limitaba también a las posibilidades de impunidad que siempre han estado referenciadas desde muchos sectores entre los que primaban los sectores políticos urbanos, sin tener en cuenta a las personas en los territorios.
Este cambio de enfoque, que parece no haber sido asimilado por el pleno de la sociedad, pone en el centro a las comunidades que son las que más han sufrido el conflicto. La acción discreta del Comisionado de Paz, Danilo Rueda, es clave en este enfoque como lo ha manifestado Iván Cepeda, Presidente de la Comisión de Paz del Senado.
A esta idea ya se han sumado varios grupos de disidencias o ligados al crimen organizado en varios lugares del país y se espera que pronto se tomen decisiones en torno a la posibilidad de un cese multilateral del fuego.
El país se plantea la posibilidad de darle más espacio a la Justicia Restaurativa y replantear la Justicia Punitiva
Otro de los temas es la Justicia Restaurativa, un tema que ya se encuentra en la Constitución colombiana, con la que se han adelantado algunas iniciativas que todavía son muy incipientes. Sin embargo, esta posibilidad ha tomado fuerza desde el advenimiento de la Jurisdicción Especial de Paz que está próxima a emitir fallos de responsabilidad que serán penados con estos principios.
En este sentido, el Ministro de Justicia, Nestor Osuna, se ha manifestado públicamente, lastimosamente sus declaraciones fueron objeto de burlas por parte de la oposición, pero se pudo poner sobre la mesa un tema que, al igual que la Paz Total, pone en el centro de la justicia a las víctimas.
«no es tanto hacerle la vida más fácil al victimario, es restaurar plenamente los derechos (de quien es aquejado por ese delito) y que no se (ven reparados) con el sistema punitivo actual”
Declaraciones de Nestor Osuna, Ministro de Justicia
Además, la discusión sobre este tema atraviesa la situación de hacinamiento excesivo en las cárceles, estaciones de policía y todos los sitios que se usan como centros de reclusión y que no dan abasto por dos problemáticas centrales. La congestión en los juzgados que deja a personas detenidas preventivamente y sin juicio por largos periodos de tiempo y segundo y más importante, porque no hay alternativas a la justicia punitiva, lo que desborda cualquier capacidad estatal ante las diversas problemáticas de violencia en una sociedad como la colombiana.
Sobre este aspecto ya está tomando fuerza una iniciativa que se desarrollará en la localidad de Usme en Bogotá, en donde se pondrá en marcha una graja agroindustrial en la que tendrán que trabajar las personas, responsables de delitos, como mecanismo de reparación para sus víctimas.
¿Será que somos capaces de cambiar el sentimiento de castigo por el de reparación?
Ministro de Justicia Nestor Ozuna
Discusión sobre el modelo económico extractivista y la oposición a la Ministra Irene Vélez son dos temas atados
Un tercer tema que hace unos meses era impensable es el Estado como regulador de las tarifas de los servicios públicos y generador de un nuevo modelo económico. Con los escandalosos precios de los servicios públicos en Colombia, pero sobre todo en la Costa Atlántica, el presidente Gustavo Petro anunció que asumirá el tema desde el Ministerio de Minas y Energía en cabeza de Irene Vélez.
Aunque la oposición se ha centrado en los errores de la Ministra, para muchos es claro que tiene un conocimiento amplio en estos temas y por ello encabezará la intervención del Estado. Este tipo de medidas siempre han sido rechazadas por los sectores empresariales ligados al negocio y por ello no han tardado en señalar esta nueva política como una medida comunista. Sin embargo, una discusión seria arroja evidencias de que en los tiempos actuales esta intervención es necesaria.
Uno de los argumentos de la oposición es que no se puede depender de otros países, pero esa postura olvida que la política de comercio exterior con los Tratados de Libre Comercio ha priorizado la importación de alimentos de diversa índole como el Maíz, el Arroz, la cebada y otros que se producen también en el país.
El decrecimiento económico, el agua como bien vital, la prohibición del Fracking y la no exploración de Petróleo son otros de los temas que la sociedad colombiana está comenzando a discutir gracias al nuevo gobierno y al propia Ministra de Minas y Energía, aunque sobre ellos quede mucha tela por cortar.
Política exterior y relaciones internacionales más allá de los discursos que encienden las redes
La política exterior ha sido otro de los temas que ha sufrido grandes cambios, pero que se ha discutido ampliamente a nivel nacional. Uno de los sub temas ha sido el de la llamada Guerra contra las Drogas. Desde el mismo discurso de posesión, Gustavo Petro invitó a los Estados responsables del consumo de drogas de uso ilícito a un cambio de políticas que han sido fracasadas.
La postura de Colombia frente a la OEA y las declaraciones que dan likes pero que no resuelven los problemas, han marcado un cambio drástico en la política exterior. Es claro que durante los gobiernos anteriores, incluidos los dos periodos de Álvaro Uribe e Iván Duque, el perfil de la política exterior colombiana estuvo marcado por el desconocimiento de las instancias internacionales, tanto en lo diplomático, como a nivel de la justicia pues hubo varias descalificaciones a las decisiones de organismos de la ONU y la misma Corte Internacional de Justicia de la Haya.
Otros temas como la reforma agraria, la tenencia de la tierra, la verdad, las violaciones de DDHH podría decirse que ya estaba posicionados pero pueden tomar más fuerza en el gobierno actual, alejados de la estigmatización que acostumbraban otros sectores en el poder ejecutivo y político.
Es claro que el país no está acostumbrado a estos temas de alto calado, que requieren un alto nivel reflexivo y unos cambios culturales si no estructurales, por lo menos graduales, pues se está pensando en una nueva forma de coexistir entre los ciudadanos y con la naturaleza y esa no es una tarea fácil, sobre todo cuando hemos aprendido por décadas, que la mejor forma de discutir es por la vía de la violencia y de las armas.
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