El 30 de agosto de 1982 marcó la instauración del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada. Según el informe más reciente de la Comisión de la Verdad, en Colombia, entre 1985 y 2016, se contabilizan aproximadamente 121.768 personas víctimas de esta atroz realidad. Al mismo tiempo, el Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de la Memoria Histórica (CNMH) establece una cifra de 80.742. Ambas cifras evidencian la deshumanización inherente al conflicto. Sin embargo, debido al miedo a denunciar y al poco acceso a la justicia existe un amplio subregistro, por lo cual, de acuerdo con análisis estadísticos, se podría pensar que la cifra de víctimas de desaparición forzada podría llegar hasta 210 mil personas.
Por Sabrina Certomà, Giulia Citerio, Beatrice Follesa, Redacción Radio Contagio
Dada la vastedad del fenómeno, desde el 30 de agosto de 2011 se conmemora el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, en consonancia con la Resolución 65/209 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, con el fin de enfocar la atención en el crecimiento global de las desapariciones forzadas.
La desaparición forzada, utilizada como estrategia para infundir terror en los ciudadanos, trasciende a sus víctimas directas y afecta profundamente a sus comunidades y a la sociedad en su conjunto. Este flagelo no está limitado a una región específica, sino que es un problema global que ha evolucionado a lo largo del tiempo y ahora se presenta en situaciones complejas de conflicto interno y represión política. La práctica de la desaparición forzada se ha transformado en un crimen perpetrado por diversos actores, y sus efectos se ramifican en múltiples niveles. Defensores de los derechos humanos, familiares de las víctimas, testigos y abogados que trabajan en casos de desaparición forzada a menudo enfrentan acoso y represión. Los Estados, en algunos casos, utilizan la lucha contra el terrorismo como pretexto para evadir sus responsabilidades. La impunidad persistente también es motivo de preocupación. Las víctimas directas de desaparición forzada experimentan un sufrimiento inimaginable. Son separadas de su entorno legal y social, despojadas de sus derechos y entregadas a sus captores. Incluso si logran sobrevivir a la pesadilla, pueden quedar marcadas de por vida por las secuelas físicas y psicológicas. Para los familiares y amigos, la incertidumbre y la angustia son constantes. Las comunidades también sufren, ya que la desaparición de un miembro afecta la estabilidad económica y social de muchas familias.
La distinción jurídica entre «desaparecidos» y “víctimas de desapariciones forzadas» es crucial. La primera es una categoría más amplia y puede incluir personas desaparecidas debido a una variedad de circunstancias, mientras que la segunda se refiere específicamente a la práctica de desaparición forzada como un crimen intencional perpetrado por agentes gubernamentales o grupos afines. La Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas establece principios fundamentales para abordar este delito. Se destaca el derecho de las familias a conocer la verdad sobre la suerte de sus seres queridos desaparecidos, así como el derecho de las víctimas a recibir reparación e indemnización. Esta Convención reconoce que la desaparición forzada es una grave violación de los derechos humanos y puede constituir un crimen contra la humanidad.
El Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, observado el 30 de agosto, se estableció en reconocimiento de la importancia de abordar esta problemática y recordar a las víctimas. A través de la Declaración sobre la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas, la comunidad internacional busca luchar contra la impunidad y brindar justicia a las víctimas y sus familias. La desaparición forzada es un crimen atroz que involucra aspectos legales complejos y se cruza entre diferentes ramas del derecho internacional. La lucha contra esta práctica debe continuar, asegurando que las víctimas sean reconocidas, que se haga justicia y que las comunidades y la sociedad en su conjunto sean protegidas contra este tipo de terrorismo estatal.
“La investigación humanitaria extrajudicial y la investigación forense necesitan ser visibilizadas. Buscamos en todo el país, cruzamos fronteras y recorremos ríos, mares y montañas para encontrar sin prejuicios ni etiquetas a todas las personas que nos arrebató el conflicto armado. Todas las personas dadas por desaparecidas nos hacen faltan y seguiremos buscando hasta encontrarlas y develar la verdad reparadora sobre lo ocurrido”, agregó Luz Janeth Forero Martínez, directora de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD)entidad nacida tras los acuerdos de paz de 2016.
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Hasta encontrarlos: El drama de la desaparición forzada en Colombia
Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas
30 de agosto
Cuando se enfrentan las atrocidades de la guerra, las palabras a menudo son insuficientes, y en silencio se busca confirmación en las imágenes. En el holocausto nazi, destacan los rostros de los judíos en pijamas a rayas, símbolo de muerte. En Colombia, los ejemplos visuales incluyen líderes y candidatos presidenciales asesinados. Imágenes deshumanizantes de soldados en celdas improvisadas, exhibidos como ejemplos de crueldad, también perduran. Los cuerpos asesinados, cubiertos con mantas blancas, ocupaban las páginas de los periódicos. Pero, ¿qué pasa con las víctimas de desaparición forzada? ¿Cómo visualizamos este atroz acto en el conflicto colombiano? Las galerías de memoria en espacios públicos, con rostros de desaparecidos y asesinados, destacan como expresiones emblemáticas de la memoria en Colombia.
Varias organizaciones de víctimas en Colombia se unen para compartir iniciativas de memoria, símbolos de justicia y lucha. Por décadas, estas organizaciones han demandado verdad y justicia por sus seres desaparecidos. En su mayoría, estas imágenes poderosas son representadas por mujeres, encarnando la fuerza y la esperanza surgida de la desaparición y renacimiento.
«La desaparición nos separa, pero el camino de la búsqueda nos une.» Este título encabeza la exhibición fotográfica que la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) inaugura en Bogotá para conmemorar el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. A través de las voces familiares, la exposición busca visibilizar innumerables historias y mantener viva la memoria. También, a las 5:30 p. m., en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, se presentará «El palacio arde«, una obra de teatro enmarcada en esta conmemoración.
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-La Estrategia de Iniciativas de Memoria Histórica del Centro Nacional de la Memoria Histórica (CNMH) registra 622 procesos de memoria impulsados por la sociedad civil. Estas expresiones incluyen teatro, documentales, música y pintura, todos transmitiendo el impacto de la desaparición forzada. Visor Público del Registro de Acciones e Iniciativas de Memoria Histórica . También, la Estrategia de Iniciativas de Memoria Histórica, junto al Observatorio de Memoria y Conflicto y apoyada por autoridades territoriales y diversos actores sociales, identifica procesos que mantienen viva la memoria de los desaparecidos en Colombia. La recopilación de estos procesos, presente en un tablero de datos, reafirma los esfuerzos de búsqueda y reparación simbólica realizados por las comunidades, contribuyendo al deber de memoria del Estado. https://micrositios.centrodememoriahistorica.gov.co/observatorio/portal-de-datos/tableros-conmemorativos/dia-internacional-de-las-victimas-de-desaparicion-forzada/
-La Asociación “Caminos de Esperanza – Madres de la Candelaria”, mayoritariamente conformada por mujeres, busca a más de 2.000 personas desaparecidas en el conflicto armado interno. https://accioneseiniciativas.centrodememoriahistorica.gov.co/s/inicio/item/266
-En otro frente, un micrositio creado por el Comité por la Defensa de los DDHH (CPDH) y Movice, capítulo Caldas, narra las historias de militantes de izquierda asesinados y desaparecidos por sus ideales políticos. https://centrodememoriahistorica.gov.co/abre-las-puertas-de-la-memoria/
-«Galería viva», en Medellín, es un proyecto artístico que redescubre el Cementerio de la América en San Javier, convirtiéndolo en un centro urbano que relata la historia del área y sufrimientos frente a la violencia. https://accioneseiniciativas.centrodememoriahistorica.gov.co/s/inicio/item/43