Al menos 18 personas han sido asesinadas en Casanare, Nariño, Huila, Valle del Cauca y Antioquia, denunció el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz).
Por Redacción Contagio Radio
Bogotá. Entre el lunes y el miércoles de esta semana cinco masacres y dos asesinatos de líderes sociales han enlutado a Colombia. Las muertes se han registrado en todos los puntos cardinales.
«En las últimas 24 horas hemos registrado cinco masacres (Algeciras, Ipiales, Puerto Berrío, Jamundí, Villanueva) y otra en proceso de confirmación en Antioquia», expresó el director de Indepaz, Leonardo González, en un mensaje publicado en la red social X.
Además indicó que, para detener “este desangre”, se necesita “fortalecer las políticas de seguridad humana en las ciudades para disminuir el control de la criminalidad asociada a las rentas ilícitas como el microtráfico y las disputas territoriales entre bandas”.
El caso más reciente ocurrió en la vereda La Colmena, de Villanueva (Casanare), donde desconocidos asesinaron a tres venezolanos en hechos que, según la Policía, están relacionados con el microtráfico.
También fue cometida una masacre en el municipio de Ipiales, Nariño, donde en la noche del lunes fueron asesinados tres hombres «de origen extranjero» y uno más resultó lesionado. Los asesinados, al parecer, hacen parte de un grupo criminal conocido como Los Choneros, dijo la policía.
No se trata de una arremetida definida, sino de una muestra del aumento de la violencia, ejecutada por diferentes actores, y del deterioro general de la seguridad. Los brotes de violencia aislada, en siete lugares apartados entre sí, reflejan las disputas por el control territorial. Mientras el Gobierno busca avanzar en ocho negociaciones simultáneas con grupos armados de distinta naturaleza en su política de paz total, en las regiones persiste una violencia que afecta especialmente a la sociedad civil.
Carlos Espitia, investigador de Indepaz, señala que aún no hay una certeza absoluta sobre los autores de cada una de estas masacres, en las que no hay un patrón en términos espaciales o territoriales. “Es una situación muy preocupante porque estamos viendo una violencia en varias zonas del país, en la cual pueden confluir muchas explicaciones. Por supuesto, vemos acciones para amedrentar la población civil, pero también ajustes de cuentas, disputas y reacomodos por el control de poderes y economías locales”, indicó.