Mural Caso Colectivo 82. Fotografía ilustrativa de Twitter @ComisionVerdadC.
Iniciando este mes de marzo, familiares de los 13 desaparecidos del Caso Colectivo 82, se congregaron en una rueda de prensa en la que nuevamente expresaron su dolor y denunciaron que después de cuatro décadas, aún siguen sin saber dónde están sus hijos y hermanos.
El Caso Colectivo 82, se desarrolló entre el mes de marzo y septiembre del año 1982, en este hecho, 13 personas, entre ellas 9 estudiantes de la Universidad Nacional, la Universidad Distrital y el Colegio Gonzalo Bravo Páez; dos habitantes de Gachalá, Cundinamarca, un agricultor y un trabajador metalúrgico, fueron desaparecidos por miembros de la Fuerza Pública.
Dentro de las «hipótesis» de las desapariciones, se pensó que los 13 jóvenes fueron asesinados por una supuesta participación en el secuestro de los tres hijos del narcotraficante Jáder Álvarez. Sin embargo, lo anterior nunca se comprobó y se denuncia como una practica más del paramilitarismo amparado por el Estado, pues al menos 22 miembros de inteligencia de la Policía Nacional fueron señalados por su presunta participación en las desapariciones y en el relacionamiento con narcotraficantes de MAS (Muerte a Secuestradores).
Estos son los 13 jóvenes víctimas de desaparición
El Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, Cajar, organización que acompañó la rueda de prensa de las familias víctimas, realizó un perfil de los jóvenes desaparecidos. Inicialmente están Orlando García Villamizar, estudiante de Derecho de la Universidad Nacional, y Pedro Pablo Silva Bejarano, estudiante de Medicina de la Universidad Nacional y electricista. Los dos jóvenes fueron desaparecidos el 4 de marzo de 1982 en la ciudad de Bogotá. Según el Cajar, fueron aprehendidos por personal vestido de civil e introducidos a una camioneta.
Por otra parte se encuentran Alfredo Rafael Sanjuan Arévalo, estudiante de Arquitectura en la Universidad Nacional y de Ingeniería Catastral de la Universidad Distrital y su hermano Samuel Humberto Sanjuan Arévalo, estudiante de Antropología de la Universidad Nacional. Los dos estudiantes fueron desaparecidos el 8 de marzo de 1982, también en la ciudad capital de Colombia. «Los hermanos Sanjuan Arévalo, días antes de su desaparición, según testimonio de uno de los vecinos de la familia, venían siendo vigilados discretamente por algunos individuos quienes dijeron ser detectives sin especificar los datos. Posteriormente a su detención y desaparición forzada, vehículos distinguidos en el expediente ejercieron un intenso patrullaje por la zona», agregó el Colectivo.
El 18 de agosto de 1982, Edgar Helmut García Villamizar, estudiante de Sociología de la Universidad Nacional y Rodolfo Espitia Rodríguez fueron desaparecidos en Bogotá. «Estos jóvenes fueron retenidos junto con el menor Camilo Andrés Garcia de 3 años de edad, éste ultimo conducido a la Policía por el Mayor Jorge Alipio Venegas, jefe de inteligencia de la DIPEC (DIJIN) según testimonio que obra en el expediente».
El 23 de agosto de ese mismo año, Gustavo Campos Guevara, estudiante de la Universidad Nacional, fue detenido desaparecido por agentes del estado.
Hernando Ospina Rincón, «fue capturado en su taller de mecánica en Bogotá por varios oficiales que se identificaron pertenecer al F-2, habrían llegado en un Mercedes Benz vino tinto y luego, introducido a la fuerza en una camioneta».
Rafael Guillermo Prado Useche, «estudiante de Derecho de la Universidad Nacional, fue golpeado, amarrado y desaparecido por personal de civil. De acuerdo a lo relatado en el expediente, el joven habría sido introducido en un Mercedes Benz de las mismas características en el caso de Hernando Ospino Rincón».
El 13 de septiembre del 92, Edilbrando Joya Gómez, estudiante de ingeniería Mecánica en la Universidad Nacional, fue desaparecido después de salir de su vivienda hacia la Universidad. «Fue retenido por personal civil del F-2 e introducido en un campero cargado color rojo. El 15 de septiembre del mismo año fue visto esposado y rodeado por agentes de la Policía Secreta F2, en la plaza de la población de Gachalá (Cundinamarca)», relata el Cajar.
Finalmente, el 15 de septiembre de 1982, Bernardo Helí Acosta Rojas y su hermano Manuel Darío Acosta Rojas, fueron desaparecidos en la plaza de mercado de Gachalá, «quienes fueron capturados por una patrulla del F-2, comandada por el teniente de la Policía Jairo Otálora Durán. Luego de su detención y desaparición forzada, fueron embarcados en un helicóptero con destino a la vereda de Murcas».
Colectivo 82 y ASFADDES se resisten a ser vencidos por el olvido y la impunidad
Rosalba Campos, hermana de Gustavo Campos, recordó como antes del 82 «habían muchos desaparecidos», que por el miedo, eran hechos que no se denunciaban. Sin embargo, Rosalba manifestó que ese miedo fue roto por las familias del Colectivo 82, que le dieron paso a la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, ASFADDES.
Tras 40 años de exigencias, de dolor, de incertidumbre y de sillas vacías, las familias víctimas siguen denunciando sin cesar que aún no hay justicia para sus seres queridos.
«Nosotros venimos denunciando y este año, pedimos a todos que se nos unan a los 40 años que están en total impunidad. Hasta ahora no hemos tenido ningún castigo para los culpables, se sabe quienes fueron, el Estado lo negó, pero a pesar de todo, el Estado se contradecía (…) Queremos que podamos obtener verdad, justicia y más que todo reparación, que para nosotros, es que nos los devuelvan de alguna forma. Que nos digan la verdad de los hechos y que no haya más repetición, siguen las desapariciones, se siguen dando. Para las familias fue muy doloroso ver como se llevaban a los estudiantes, como los masacraban en el estallido social»
Expresó en medio de lagrimas Rosalba Campos.
Eduardo Carreño, abogado del caso, indicó que la responsabilidad de la Fuerza Pública, particularmente de miembros de la DIJIN es innegable e incluso es respaldada por la condena al Estado colombiano por parte de la Corte Interamericana. El abogado afirmó que fueron los uniformados los que delinquieron y desaparecieron a jóvenes e estado de indefensa, pese a sus negaciones del hecho.
«Lo más grave para nuestro caso es que, los miembros de la Policía niegan su participación en los hechos, a pesar de toda la evidencia que existe en el caso, es decir, la relación con el papá de los niños secuestrados, Jáder Álvarez y su familia, que prestan toda la infraestructura y el apoyo a la DIJIN para realizar las capturas, para hacer los seguimientos e incluso hay contratación de helicópteros para ir a Gachalá a localizar a las personas que se suponen habían participado en el secuestro (…) Es penoso que después de 40 años solo se conozcan los nombres y todavía estemos pendientes de dos indagatorias (…) Se establecen todo tipo de argumentaciones para no hacer las diligencias y para no resolver la situación jurídica, decir por ejemplo decir que estas personas de la Policía estaban en servicio, y desaparecer personas son parte del servicio (…) Lastimosamente hay que seguir persistiendo para que la justicia haga algo».
Eduardo Carreño, abogado del caso.
El abogado Crreño, también reiteró la denuncia, manifestando que la justicia colombiana casi que actúa como cómplice de la impunidad en el país y por tanto acudir a entes internacionales es las esperanza de las familias de víctimas.
Actividades del Caso Colectivo 82
Dentro del proceso de memoria y resistencia de las familias víctimas se encuentran diversas actividades que iniciarán desde este mes de marzo y se llevarán a cabo durante todo el año. El próximo viernes 4 de marzo se realizará la conmemoración de los jóvenes desaparecidos, dicho evento tendrá lugar a las 3:00 p. m. en la Universidad Distrital, en donde además se estará realizando conferencias con las y los familiares de los 13 jóvenes del Caso Colectivo 82.
Las familias también manifestaron que esperan que en el transcurso de este mes, la imagen de los rostros de sus desaparecidos se proyecte en la fachada de la Torre Colpatria, ubicada sobre la Carrera Séptima de Bogotá.
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