Fotografía Reuters.
Como habían anticipado en las últimas horas varios medios de comunicación europeos, Boris Johnson anunció, el jueves 7 de julio, que dimitirá como primer ministro del Reino Unido.
En un breve discurso pronunciado hacia las 12.30 horas en Londres (06.30 am en Colombia), tras la dimisión de más de 50 ministros y funcionarios de su gobierno, Johnson dijo que «claramente ahora la voluntad del Partido Conservador es tener un nuevo líder del partido y, por lo tanto, un nuevo primer ministro». Añadió haber pedido a sus colaboradores que comiencen el proceso de elección de su sucesor, y que hasta entonces seguirá «sirviendo al interés público».
Esto significa que Johnson dimitió de inmediato como líder del Partido Conservador, pero que tiene la intención de permanecer como primer ministro en funciones hasta que el partido haya encontrado un nuevo líder, y por lo tanto su sustituto.
Varias críticas llegaron de la bancada de oposición, que quisiera nuevas elecciones inmediatas, pero también de integrantes del mismo Partido Conservador, que creen que no debería ser Boris Johnson en dirigir el Gobierno hasta su sucesión, sino su vicesecretario Dominic Raab.
En su breve discurso, Johnson agradeció a los electores de su partido y celebró la labor de su Gobierno, destacando la lucha contra la pandemia de coronavirus y el proceso del “Brexit”, a través del que el Reino Unido salió oficialmente de la Unión Europea en 2017 después de un histórico referéndum popular llevado a cabo en junio de 2016, aunque en esa época así fuera parte del ejecutivo no era su primer ministro.
Johnson es primer ministro desde julio de 2019, y su liderazgo fue confirmado por una impresionante victoria electoral del Partido Conservador unos meses después. Sin embargo, su mandato se ha visto afectado por numerosos escándalos en los que ha quedado atrapado su gobierno y que acabaron por romper el equilibrio político. Esta semana dimitieron más de cincuenta ministros y subsecretarios de su ejecutivo, críticos con su actitud, que consideran contraria al interés del país.
En los últimos meses, Johnson ha estado en el centro del llamado «partygate«, es decir, el escándalo de las fiestas privadas organizadas en la residencia del primer ministro durante el confinamiento pandémico. Más recientemente, por otro lado, el Partido Conservador perdió importantes elecciones locales, así como las elecciones para sustituir a dos congresistas conservadores que habían dimitido tras escándalos sexuales.
En los últimos días, además, se descubrió que Johnson nombró al congresista Chris Pincher como coordinador adjunto del partido, a pesar de saber que había sido imputado por acoso sexual.
La noticia de la dimisión fue comentada por varios políticos británicos, a partir de Keir Starmer, líder del principal partido de oposición, el Partido Laborista, quien afirmó que la dimisión de Johnson debería haberse producido «hace mucho tiempo». Starmer, además, acusó a todo el Partido Conservador de ser el responsable de la actual crisis política y dijo que la solución no puede ser un nuevo primer ministro conservador, sino nuevas elecciones.
Por su parte, la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, calificó de errónea la decisión de Johnson de seguir siendo primer ministro hasta el otoño y le exigió que dimitiera inmediatamente.
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