Este sábado fue asesinada Ana Lucía Bisbicús García, integrante de la comunidad indígena Awá del resguardo Pipalta Palvi Yaguapí ubicado en el municipio de Barbacoas, Nariño. (Le puede interesar: Rodrigo Salazar, reconocido líder del Pueblo Awá fue asesinado en Llorente)
El crimen se perpetró el sábado 3 de octubre sobre las 8:30 de la noche, mientras Ana Lucía asistía a un velorio, cuando fue retirada del lugar por miembros de un grupo armado ilegal, quienes la condujeron detrás de la iglesia y allí la asesinaron con varios disparos de arma de fuego.
Ana Lucía tenía 50 años de edad y acompañaba el proceso organizativo de su comunidad y en general del pueblo indígena Awá. (Lea también: En Gobierno Duque han ocurrido 1.200 violaciones de DDHH contra el pueblo Awá en Nariño)
Adicionalmente, su familia venía siendo blanco de múltiples amenazas y ataques, al punto que el pasado 6 de mayo había sido también asesinado su hijo Deiro Alexander Pérez Bisbicús, lo que consolida una doble victimización de la lideresa indígena y su familia y da cuenta de la sistematicidad con la que opera la violencia en ese territorio. (Le puede interesar: Pueblo indígena Awá fue víctima de una nueva masacre)
«El conflicto armado nos esta exterminando física, cultural, organizativa y espiritualmente, la crisis humanitaria de la cual somos víctimas se incrementa con el pasar de los días, los asesinatos se van convirtiendo en una constante sin que los gobernantes regionales y nacionales tomen acciones concretas para salvaguardar nuestra existencia, omitiendo su responsabilidad constitucional de garantizar la vida y pervivencia del pueblo Awá, lo que ha hecho que los grupos armados ilegales decidan quién vive y quién muere en nuestro territorio ancestral», expresó la Unidad Indígena del Pueblo Awá –UNIPA– después de documentar el hecho.
Este nuevo crimen se suma al numeroso registro de asesinatos en contra de líderes y lideresas sociales, que según las cifras del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz –Indepaz– asciende a 223 víctimas fatales, 82 de ellas pertenecientes a comunidades indígenas.