Este 9 de junio la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible de la Amazonía, señaló que la deforestación en este departamento, supera las 75.031 hectáreas taladas, agregando que tan solo en enero y abril del 2020 se tumbó la misma extensión que en todo el año pasado.
Antonio Nobre investigador del Instituto Nacional de Pesquisas da Amazonía (INPA), señaló que el Amazonas bombea 20,000 millones de toneladas de agua cada día hacia la atmósfera, regulando así las lluvias en la gran mayoría de Suramérica.
Sobre esta crítica situación la docente de la Universidad de la Amazonía, Mercedes Mejía Leudo, señaló que es preocupante que año tras año y pese a los esfuerzos de organizaciones, y la disposición de recursos donados por la comunidad internacional, «la deforestación en el Amazonas aumente en vez de disminuir«.
En la Amazonía gobierna «la ley del más fuerte»
Asímismo señaló que existen otros factores que ponen en riesgo este ecosistema, «la ilegalidad en los territorios cada vez es más amplia y la presencia estatal escasa, por no ser pesimista y decir que nula en muchos territorios», situación que según Leudo, amplia la brecha de lo que podría llamarse la ley del más fuerte.
Resaltando como ejemplo, «las burbujas contra la deforestación, una estrategia del Ejército en sinergia con diferentes instituciones gubernamentales para detener la tala, y que a la fecha no ha disminuido los números».
«Al ver ese tipo de acciones uno se pregunta, ¿si todos los ciudadanos estamos confinados, entonces cómo es posible que sigan culpando al ciudadano de a pie de estas deforestaciones masivas? ¿quién es el verdadero responsable?«
Sobre la gestión de las Fuerzas Militares en los territorios, Leudo señaló que es poco lo que se puede esperar de estas iniciativas, «cuando estos grupos pensandos para detener el extractivismo están dejando de lado su función principal y se dedican exclusivamente a la erradicación forzada, mientras millones de especies de animales y árboles están siendo arrazados».
Asimismo agregó,que los intereses concretos en el territorio , se resumen en la cantidad de recursos que se encuentran en la Amazonía, «agua, minerales, oxígeno y todo lo que se quiere para el desarrollo de la vida, esta en los ojos de quienes tienen como único objetivo lucrarse a costa de la vida«
Para la docente, «el mismo Gobierno aprueba y respalda todo el proceso de explotación, hoy son proyectos ganaderos de la mano de préstamos de bancos internacionales, desafortunadamente tenemos un Gobierno corporativo que une sus decisiones a lo que las corporaciones quieran«
«Todo lo relacionado al extractivismo en el Amazonas sigue estando a la orden del día»
Por su parte Andrés Echeverry, integrante de Censat Agua Viva , señaló que existen generalidades alrededor del tema de la deforestación, así como del aumento de los puntos de calor producto de las incendios intencionales, «que han subido de manera ridícula en tan corto tiempo».
Y explica la gravedad de la deforestación, diciendo que ésta es de tal magnitud que equivale a 5 veces la ciudad de Medellín incluyendo sus ardedores rurales, «Colombia ha deforestado 1.7 millones de hectáreas, equivalentes a 19.600 millones de árboles, solo en los últimos meses; cada hectárea deforestada puede incluir cerca de 6 mil especies distintas».
Es un mito vendido que la deforestación esté ligada a los cultivos de uso ilícito
Para Echeverry este tipo de acciones, como la deforestación justificada en los cultivos de uso ilícito, «lo único que ocultan es otro tipo de acciones como la ganadería y el acaparamiento de tierras en el país, lo que aumenta la desigualdad y la criminalización a las poblaciones; dando tratamiento de guerra a la deforestación«.
Y señaló que en Colombia la lucha contra las drogas se confunde con la lucha contra la deforestación; y finalmente destacó de que es importante analizar a quiénes son los verdaderos deforestadores en Colombia, «no tengo duda que los campesinos ubicados en zonas protegidas, los indígenas que habitan las selvas y las comunidades afro que habitan los litorales, no son los culpables de este circulo vicioso de intereses en el Amazonas».