Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la Hemiplejía moral ”.
– José Ortega y Gasset.
Por: Antonio José García
Izquierda o derecha, derecha e izquierda.
Desde la primera vez que ocurrió la división de la asamblea nacional constituyente en la Francia post revolucionaria entre girondinos (derecha) respaldados por algunos nobles, la burguesía y los terratenientes que abogaban por una monarquía constitucional con un sufragio excluyente, no universal, exclusivo de quienes fueran propietarios al otro lado los jacobinos (izquierda) partidarios de la república y un sufragio universal, esa clasificación se usa para identificar ideológicamente y también para estigmatizar a las personas.
El extremo centro y el centro no existe dentro de la “topología” que se utiliza para clasificar ideológicamente a las personas. José Ortega y Gasset, filosofo español decía que ser de izquierda, como ser de derecha, es una de las miles de formas que el ser humano utiliza para ser un imbécil.
¿Cómo definiría entonces el señor Ortega y Gasset a aquellos que ahora se ubican en el centro?
No se, pero se me ocurre que hubiera encontrado una palabra mas peyorativa que la palabra “imbécil”. Ortega y Gasset complementó la idea, que a mi siempre me ha parecido razonable diciendo que en esa clasificación las personas son Hemiplejicos, metáfora que utilizó para representar a quien tiene inutilizado el lado contrario a su posición ideológica, en su ética, en su moral y que se traduce en su posición política.
Se me ocurre que bien pudo llamarlos eunucos morales. Mala noticia, creo que Ortega los imaginaría totalmente castrados. No tienen siquiera una, ni otra, ni la derecha ni la izquierda. (me refiero a la la otra lateralidad moral)
Ni siquiera son blandos o tibios como los definen algunos.
No es lo mismo que en la política una persona pueda asumir posiciones de derecha, frente a algunos temas, y posiciones de izquierda frente a otros. Por lo que se ha visto, las posiciones ideológicas tradicionales solo producen polarización y odios, y las nuevas, como la posición política de centro y ahora la de “extremo centro”, no pasan por nada: estas producen, como era de esperarse, resultados políticos insulsos, desordenados, mediocres y caóticos como lo ha demostrado claramente el Presidente Duque, que tardíamente decidió asumir esa posición política para alejarse, junto con su gobierno todavía mas de la realidad colombiana.
Ser del “Centro”, actualizando la sentencia de don José, no deja de ser otra de las múltiples formas que las personas pueden elegir para ser un imbécil. O una imbécil.
Mas bien es una acuartelamiento que utilizan algunas personas de la derecha y de la izquierda para camuflarse cuando necesitan justificar posiciones que no se alinean del todo con su ideología.
Es la mediocre ”zona cómoda” del mundo político.
Por ejemplo, Igual le sirve a los uribistas para camuflar su ideología de derecha radical, así como a los fajardistas para hacer lo propio con la izquierda. Ahora, la utiliza el presidente Duque, refugiándose aún mas allá en la zona cómoda política ubicándose a si mismo y a su gobierno, en el “extremo centro”. La máxima expresión de mediocridad política.
Al decir de otro filosofo, el Argentino José Ingenieros, «El mediocre no inventa nada, no crea, no empuja, no rompe, no engendra; pero, en cambio, custodia celosamente la armazón de automatismos y prejuicios y dogmas acumulados durante siglos, defendiendo ese capital común contra la asechanza de los inadaptables.»
He ahí claramente definida la misión del “centro”
Quienes, como muchos seres humanos estamos por fuera de esas clasificaciones, no nos podemos resignar a que se nos encasille a pesar de tener ideas y posiciones que pudieran clasificarse como derecha en algunos casos y de izquierda en otros.
Quienes nos identificamos con posiciones mas razonables y que pueden incluir elementos ideológicos de uno u otro bando no aceptamos que se nos clasifique como de centro.
Estoy seguro que ellas y ellos me perdonarán que me asuma como vocero de quienes podríamos ubicarnos en situaciones políticas mas cercanas a la tercera vía, a la social democracia o a cualquier tendencia política que privilegie al ser humano y la vida por encima de la economía y el mercado.
Y me perdonarán también este deslinde ideológico del centro, de la izquierda y de la derecha. No existen en la topología real de las sociedades. En la realidad, esa que vivimos y hasta sufrimos todos los días solo hay lugar para dos posiciones: Los de arriba y los de abajo. Los dominantes y los dominados. Los que mandan y los que obedecen.
Pongámosle como quieran, no sea mediocre ni se anule, políticamente no hay mas, no sea un eunuco ideológico, y la mala noticia final para algunos que sostienen ingenuamente que el “centro” es el nicho donde pervive políticamente la ”clase media”, es que tampoco hay clase media. No existe. Si usted se considera de la clase media, no se sienta de centro, ni de derecha ni de izquierda. Usted es simplemente un pobre con alguna suerte.
Están asesinando en Colombia a lideresas y lideres sociales, Personas del pueblo que son representativas para sectores de las bases sociales, de las comunidades, colombianos humildes que trabajan solidariamente por sus vecinos y próximos y en muchas ocasiones son ajenos al partidismo.
Muchos de ellos ni sabían ni les importaba en que campo ideológico los clasificaban quienes los mandaron a asesinar. También asesinan a ex combatientes de las autodefensas o paramilitares, ex combatientes de las desmovilizadas FARC, desmovilizados individuales de varios grupos. No paran los atentados y las muertes de periodistas, denunciantes de la corrupción, reclamantes de tierras, defensores de los derechos humanos, gente común, !!pueblo, pueblo, pueblo¡¡ están matando a los de abajo…. sus vidas se pierden en medio de una acelerada estrategia sistemática con oscuros fines.
¿Quién los manda a asesinar?
Seguramente algunos que se camuflan en el “centro”, que miran y le echan el ojo con un profundo miedo de reducir sus privilegios políticos para el 2022.
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