El 9 de febrero, fecha en la que se celebra el día del periodista en Colombia, la Fundación para la Libertad de Prensa presentó su informe «El periodismo no es el enemigo» en el que detalla el riesgo que corren los periodistas en Colombia. Dicho informe concluye que este es el tercer país más peligroso para el periodismo en América. Asimismo el Centro de Memoria Histórica, a propósito de la conmemoración, declaró que en los últimos 60 años, 425 periodistas han sido víctimas del conflicto armado en Colombia.
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La prensa sufre persecución, hostigamiento y agresiones
La FLIP, aseguró que en los últimos cuatro años, 8 periodistas han sido asesinados en y 618 ha denunciado amenazas en diferentes partes de Colombia.
El pasado 2020, según el informe, se registraron 197 amenazas contra periodistas, y dos periodistas asesinados; Felipe Guevara, en Cali y Abelardo Liz, comunicador indígena de Corinto, Cauca. Además, se incluyeron 23 agresiones contra periodistas.
» Absolutamente en todos estos eventos la impunidad aparece atravesada de principio a fin. El motor de un ciclo perverso que perpetúa la violencia, impide conocer la verdad y borra la justicia”
Informe «El periodismo no es el enemigo», FLIP.
Pero esta situación de persecución, hostigamiento y agresión contra la prensa no es nueva en Colombia. Así lo demostró el Centro de Memoria Histórica, tanto en su declaración correspondiente a la conmemoración del día del periodista, en dicha declaración se establece que de los 425 periodistas víctimas del conflicto armado en Colombia; 244 periodistas fueron víctimas de asesinatos selectivos, 149 de secuestros, 23 de desapariciones forzadas, tres de masacres; tres de violencia sexual; dos de acciones bélicas y un atentado.
En el 2014, el informe «La palabra y el silencio», también del Centro de Memoria Histórica, reveló que entre 1977 y el 2014 fueron asesinados 152 periodistas. Lo que más destaca de esta investigación son la taza de impunidad, que es del 50% y corresponde a la prescripción de los casos, y los móviles de los asesinatos.
Sobre los móviles, «La palabra y el silencio» establece que la mayoría de casos estaban vinculados a hechos de corrupción o hechos relacionados con la dinámica del conflicto armado y social en Colombia.
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¿Hay responsabilidad Estatal?
Dentro de lo denunciado por la FLIP, se establece que hay prácticas dentro de las instituciones estatales que estigmatizan al periodismo en varias dimensiones. De la misma forma varios sectores de opinión aseguran que funcionarios del estado ha actuado por omisión ante que supone el ejercicio de opinión en Colombia.
Jonathan Bock, presidente de la FLIP, está de acuerdo con dicha afirmación. Él mismo sostuvo que «además de lamentar los hechos en contra de los periodistas y tomar una posición frente a las amenazas, el Gobierno Nacional debería tomar cartas en el asunto«.
Organizaciones defensoras de Derechos Humanos han denunciado una sistemática persecución y agresión a sus delegados en escenarios de movilización social, de la misma manera, el cubrimiento de este tipo de expresiones colectivas como el Paro Cívico Nacional del 2019 y las movilizaciones del año 2020 suponen un alto riesgo para los periodistas, según denuncia la FLIP.
«El abuso contra la prensa durante las manifestaciones y la actitud displicente y estigmatizante por parte de funcionarios de más alto nivel se suceden con tal flagrancia y reiteración que es imposible no asumirlo como un mensaje en el que la prensa se entiende como oposición; en el que no existe tolerancia al pensamiento crítico”.
Informe «El periodismo no es el enemigo», FLIP.
Además de la falta de garantías para el ejercicio del periodismo, también es preocupante la participación del Ejército en interceptaciones ilegales a periodistas, lo que, según la FLIP es muestra tanto de que las prioridades del Gobierno Duque están en otro lado, como de la sistemática vulneración de los derechos de los periodistas en todos los niveles.
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El derecho a la información
Finalmente, un asunto preocupante del que se habla en el informe es la autocensura. Esto debido a que las amenazas, hostigamientos y hechos violentos no son la única vulneración a la libertad de prensa; también existe la autocensura.
Esta práctica es ejecutada por algunos medios de comunicación cuando los periodistas realizan trabajos investigativos, de opinión o noticiosos que van en contra de los intereses de algún grupo económico o político con injerencia, incluso a veces propietarios, del medio en cuestión.
«Esta atmósfera ha encallado a la prensa en la autocensura. Así lo admiten propietarios(as) de medios, directores y reporteros(as) por igual. Claro está que lo hacen de manera confidencial. La mayoría de las veces la sociedad, que depende de la prensa para estar informada, no se entera de la existencia de esa autocensura o puede no conocer su nivel de prevalencia entre los periodistas.»
Informe «El periodismo no es el enemigo», FLIP.
Sobre esta problemática sectores de opinión añaden que, además, los periodistas se han visto obligados a dejar de trabajar varios en medios de comunicación para evitar la autocensura.
Finalmente, varias organizaciones de Derechos Humanos, de periodistas y medios alternativos e independientes solicitaron, aprovechando la conmemoración del día del periodista, que se garanticen los derechos de los periodistas para el ejercicio de sus labores y el de la ciudadanía a la información.
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