Debido al retorno de las cuarentenas sectorizadas, los toques de queda y las restricciones dadas por la alcaldía al inicio del 2021, muchas familias de localidades como Suba y Usaquén en Bogotá, se vieron en la necesidad de volver a pedir auxilios por medio de trapos rojos en las fachadas de sus viviendas, una acción que ya se había dado masivamente en la cuarentena total en el mes de mayo 2020.
La primera cuarentena que vivió la ciudad de Bogotá al inicio de la pandemia por COVID-19, no solo dio a conocer las desigualdades que se presentan en la capital, sino que, a su vez dio muestra de la cantidad de personas que sustentan su día a día por medio del trabajo informal, que en cifras del DANE supera el 40% de la población, que se vio afectada por no poder salir a conseguir en las calles el sustento diario.
En el segundo pico de la pandemia, una de las localidades en vivir primero la cuarentena sectorizada fue Suba y en barrios como Bilbao, Villa Cindy y Babilonia se pudo evidenciar la necesidad de diferentes personas que se encuentran en estos sectores, como la familia de Albanely Olarte, mujer desempleada desde hace más de cuatro meses que se encuentra en el barrio Bilbao con sus ocho hijos
“la necesidad está grande en la casa, sin trabajo, con los pelados en la casa estudiando virtual, entonces siempre es complicado porque la mayoría son menores de edad y este año no nos han dado ayudas por parte de la alcaldía y por esto ponemos el trapo rojo, porque siempre se necesita”
La mayoría de familias aseguran que los auxilios, que llegan a algunos de ellos, no alcanzan ni para la mitad de gastos que se generan dentro de sus hogares y menos en época de pandemia. María Teresa Gutiérrez habitante del barrio Cerro Centro de la localidad de Usaquén, afirma que las diferentes dificultades económicas sobrepasan los costos y las razones por las cuales estos montos no serían suficientes.
“Ahora en año nuevo todo va a empezar a subir, sube el costo del transporte, de los impuestos y de los alimentos, a nosotras nos toca pagar hasta cuatro pasajes y más diarios al no tener un transporte público que nos saque a otros lugares de Bogotá y nadie nos responde por eso, aparte de eso hay muchos impedimentos para poder ingresar a estos auxilios en los cuales se piden puntajes del Sisben que para poderlos cumplir nos tocaría vivir prácticamente en la tierra”.
Así como hoy en estas localidades siguen pidiendo ayudas por la situación que viven actualmente, las familias en condición de vulnerabilidad seguirán aumentando por la cuarentena sectorizada y los trapos rojos en las fachadas se multiplicarán como forma de protesta y un llamado de atención a las entidades gubernamentales, para que den solución tanto al desempleo como a la falta de garantías a las familias más vulnerables del país. Lea también: Cifras de la alcaldía sobre ocupación de UCI no es real
Trapos Rojos, retratos de una pandemia sin renta básica
Al drama de las familias que no ha cesado en Bogotá y en varias ciudades del país, se suma la exigencia de la llamada «renta básica» una decisión de política económica que no ha querido aplicar el gobierno de Iván Duque a pesar de las necesidades apremiantes de las familias y las evidencias de la crisis económica.
La propuesta de renta básica, que en principio contaba con buen respaldo en el congreso de la República, se vio afectada por los intereses del partido de gobierno que la hundieron en sus debates en el congreso.
Sin embargo, con el retraso de la llegada de las vacunas y la mala gestión gubernamental podría volver a tomar fuerza esa posibilidad si la situación del COVID, el alto número de contagios y la ocupación de camas UCI en Bogotá y en todo el país sigue agravándose.