La mina El Cerrejón. Fotografía Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina.
El acuerdo comercial entre Colombia y Alemania, que está promoviendo el presidente Duque, sería un atentado contras las comunidades indígenas y afro de la Guajira, pues plantea la posibilidad de aumentar las exportaciones de Carbón para que la nación europea supla la necesidad de combustible que ya no le esta proporcionando Rusia debido a las restricciones impuestas en medio de la guerra.
El Presidente de la República Iván Duque se reunió el 6 de abril con el Canciller Olaf Scholz, para aumentar la exportación de carbón colombiano a ese país, dado que el continente europeo está intentando disminuir la dependencia del gas ruso, como sanción a la invasión de Ucrania, para ello está tratando de fortalecer las relaciones con sus proveedores energéticos.
El acuerdo despertó el rechazo de varias organizaciones ambientales y de defensa de derechos humanos. La mina El Cerrejón, en la Guajira, tendrá que incrementar la explotación minera, cuya actividad se desarrolla en violación de los derechos humanos y ambientales de las comunidades indígenas y afrodescendientes que ahí residen.
El colectivo “Unidas por la Paz” emitió el 19 de abril un comunicado de rechazo ante el acuerdo comercial. En entrevista con Contagio Radio, Diana Sepúlveda, comunicadora social y miembro del colectivo “Unidos por la Paz Alemania” y “Defendamos la Paz Internacional”, explicó las acciones emprendidas por el colectivo y la importancia de la batalla.
A través de la creación de la campaña “Vida en vez de carbón”, en conjunto con los colectivos “Aluna Minga” y “Women Engage for a Common Future”, las organizaciones, afirmó Sepúlveda, están tratando de visibilizar el tema tanto a nivel civil cuanto a nivel institucional. Redactaron, además del comunicado, una carta dirigida a organismos como la ONU y la Unión Europea para llamar la atención sobre el asunto internacionalmente.
también estaremos elaborando material informativo y audiovisual para las redes sociales, buscaremos espacios en la escena política alemana para que liderazgos de la región puedan denunciar directamente lo que está sucediendo y los efectos que tiene la mina sobre la población y sobre el territorio.
Diana Sepúlveda
Para Alemania, como explicado por Diana Sepúlveda, Colombia es uno de los mayores proveedores de energía. En el año pasado “más de una quinta parte de todas las importaciones procedieron de Colombia, gran parte presumiblemente del Cerrejón”. El país europeo, por lo tanto, es fuertemente dependiente del combustible, sobre todo generado en Rusia, y se encuentra ahora en un dilema:
por un lugar la agenda ambiental que tendría que impulsar un gobierno de coalición verde y socialdemócrata y, por otro lado, la satisfacción de las necesidades internas de país, especialmente ahora en un momento político en el que Alemania intenta disminuir la dependencia del gas de Rusia.
Diana Sepúlveda
La actividad del Cerrejón y la mirada hacia el futuro
La mina del Cerrejón, explica Sepúlveda, ha producido un “ecocidio y un etnocidio contra las comunidades de la Guajira. Una operación minera que usa 24 millones de litros de agua al día ha ocasionado que el agua que se hallaba a 5 metros de profundidad ahora tenga que ser encontrada a 20 o 30 metros”. Otras consecuencias de la actividad abarcan la contaminación del aire y los efectos a fauna y flora en la región, además, la población es directamente afectada.
Insistiremos en que la justicia climática es un tema global y que la solidaridad con el pueblo de Ucrania no debe producirse a expensas del pueblo indígena Wayuu y de las comunidades afrodescendientes y campesinas de Colombia. Se necesita un consumo responsable y Alemania en este momento tiene que tomar responsabilidad con lo que está pasando en Colombia.
Diana Sepúlveda
Finalmente, señaló la importancia de la persistencia en las batallas ambientales: “es necesario que sigamos creando puentes y dando la lucha, a pesar del negacionismo del gobierno actual y del doble discurso que están manejando”. Destacó, por otro lado, la relevancia de la posibilidad que una lideresa ambiental afrodescendiente como Francia Márquez llegue a la vicepresidencia, porque “estos tipos de liderazgos son los que nos tienen que acompañar y con los que tenemos que trabajar de manera conjunta para poder seguir defendiendo el territorio y la vida”.
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