Construcción de la valla fronteriza entre Haití y República Dominicana. Fotografía AFP.
El domingo 20 de febrero el Presidente de República Dominicana Luis Abinader (centro) anunció la prosecución de una “verja fronteriza inteligente” en la frontera con Haití. Su construcción pretende limitar la inmigración haitiana, así como controlar el comercio binacional, hacer frente al narcotráfico, a la venta ilegal de armas y al robo de vehículos.
Abinader dio la orden para poner en marcha 54 km de valla con un acto lleno de simbolismo patriótico en la ciudad de Dajabón, principal paso fronterizo de la isla, en el que participaron los altos mandos militares del país y representantes políticos de todos los partidos del congreso. La valla estará lista en nueve meses y tendrá un costo total de 31 millones de dólares.
También ha sido anunciado por el mandatario que tan pronto termine la construcción se llevará a cabo la edificación de otros 110 km de valla. Ya existían 23 km construidos entre 2019 y 2021 por el precedente ejecutivo; el proyecto final cubrirá más de la mitad de los 391 km de extensión de la frontera.
Con este acto cumplimos con el sagrado deber de defender la seguridad nacional de nuestro país y combatimos las amenazas que hoy nos emergen y nos preocupan.
Luis Abinader
Criticas de la medida por la grave situación haitiana
Fuertes criticas llegaron de parte de José Dantes, secretario del Partido Liberación Dominicana – PLD, principal fuerza de oposición. Según el político, el anuncio de la valla sería una simple maniobra propagandística del Presidente. “Luis Abinader lo hace para desviar la atención de problemas y montar la reelección”, apuntó el dirigente del PLD.
Otro rechazo al proyecto fronterizo ha sido expresado por el obispo Diomedes Espinal, quien refiriéndose a la situación dramática sufrida por Haití señaló: “No construyamos muros para impedir la solidaridad, las relaciones comerciales, la fraternidad y el bien que podamos hacer a otros hermanos más pobres y necesitados”.
Recientemente la situación social y política de Haití ha venido empeorando drásticamente. La vicepresidenta ONU, Amina Mohammed, durante una visita oficial en Port-au-Prince, capital de Haití, alertó sobre inseguridad, secuestros y control de bandas armadas en muchos barrios de la ciudad.
A pesar de los problemas coyunturales sufridos por Haití, República Dominicana en los últimos meses ha endurecido las medidas migratorias. “República Dominicana no puede hacerse cargo de la crisis política y económica de ese país, ni resolver tampoco el resto de sus problemas”, sostuvo el mandatario dominicano.
Las Naciones Unidas criticaron ásperamente las deportaciones de haitianos producidas por República Dominicana, sobre todo las relacionadas con mujeres embarazadas, arrestadas durante consultas médicas. Lo mismo hicieron organizaciones de derechos humanos, a finales de 2021 600 activistas de más de 20 países firmaron una declaración conjunta en la que condenaron estas deportaciones. En 2021 más de 31mil haitianos fueron expulsados del país.
La reacción pasiva de Haití y ejemplos de otros vallas fronterizas
República Dominicana está situada en el este de la isla La Española, tiene 11 millones de habitantes y es un conocido destino turístico. Por otro lado, Haití es el país más pobre del continente americano y uno de los más pobres del mundo. Sufrió varios golpes de estado en las últimas décadas y desastrosas crisis humanitarias provocadas por los efectos de epidemias, huracanes y terremotos devastadores. En los últimos meses algunas bandas criminales muy bien organizadas han aprovechado de la grave crisis que vive el país tras el asesinato del Presidente Jovenel Moïse para reforzar sus alianzas con los políticos locales y aumentar su influencia.
Hasta ahora las autoridades haitianas no se han opuesto a la construcción de la valla. Alegaron que dicha acción es una decisión soberana de República Dominicana en la que no pueden interferir. Sin embargo, esta medida de “protección” frente a un país más pobre y en necesidad de ayudas internacionales produce dudas sobre la capacidad y voluntad de cooperación internacional por parte de República Dominicana. Haití es su único país confinante y dichas medidas solo han sido tomadas por presidentes radicales como por ejemplo Donald Trump en la frontera con México, acción que ha sido mundialmente rechazada con indignación.
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