Rubén Darío Acevedo, director del Centro de Memoria Histórica (CNMH). Fotografía CNMH.
Este 18 de noviembre, 20 funcionarios del equipo de la Dirección Técnica del Museo de Memoria, enviaron una misiva al director del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), Rubén Darío Acevedo, en ella expresan su preocupación por el futuro del memorial. En la carta se hace referencia a la reciente renuncia de Laura María Montoya Vélez, que se suma a renuncias anteriores creando «inestabilidad».
Los funcionarios afirmaron estar en un panorama inestable ante la renuncia de los y las directoras técnicas del Museo, como es el caso de Laura María Montoya. En el comunicado, también señalaron que el cumplimiento de la Ley 1448 de 2011 y el Decreto 4803 de 2011, podría estar en riesgo y significar un incumplimiento para las víctimas a las que va dirigido el Museo de la Memoria.
«Frente a los constantes cambios de director técnico en los últimos tres años, el equipo técnico se ha visto abocado a trabajar en un escenario de inestabilidad e incertidumbre. Estos hechos derivan en reprocesos y retrasos para el desarrollo de las acciones misionales y administrativas, dificultando el cumplimiento de los objetivos y las funciones establecidas para la Dirección Técnica del Museo», dice un fragmento de la misiva.
Pero además de la preocupación que genera el incumplimiento con las víctimas los y las firmantes del documento enviado, manifestaron que consideran que «se pone en riesgo la relevancia y trascendencia de la importante labor designada al CNMH, deteriorando no solo la credibilidad del proyecto del museo sino de toda la entidad en su conjunto».
Dentro de las peticiones de los y las funcionarias, está que se mantenga una dirección y que en ella sean respetados los conceptos museológicos y se construya y desarrolle «sobre las bases sólidas del diálogo social, siendo esto fundamental para que la institución cumpla con su misión de contribuir a la reparación simbólica, el derecho a la verdad y como garantía de contribución a la no repetición de los hechos ocurridos en el marco del conflicto armado interno colombiano».
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Opiniones de expertos en memoria, como los funcionarios que enviaron la misiva a su director, afirman que se mantiene una manera oficial de comunicar temas de memorias que serán abarcados en el Museo y que deben insistir en la no repetición. La exdirectora técnica del Museo de Memoria, Laura María Montoya, manifestó en su renuncia que hay una revictimización al interior de la institución, lo que resulta paradójico ante su misión.
Pero la polémica que envuelve al director del CNMH, no solo queda aquí, Laura Montoya afirmó que desde el mes de agosto el director «corto» la comunicación con ella ante las acciones realizadas en búsqueda de la participación de las víctimas en incluso afirmó que fue él quien le pidió la renuncia de manera «justificada o no».
Por su parte, el Consejo Internacional de Museos en Colombia, ICOM, que señaló en otra carta su preocupación por la inestabilidad de Centro Memoria. “Para su conocimiento, le informamos que las faltas al código de deontología ICOM pueden significar la suspensión o pérdida de la membresía del Museo de Memoria Histórica como miembro institucional de ICOM”, advierten.
Los y las funcionarias del equipo encargado del esperado Museo, también reafirmaron su compromiso con continuar trabajando por el Museo de Memoria.
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