Fotografía tomada de Centro Nacional de Memoria Histórica.
Remilda Benítez Domicó, es la nueva víctima mortal de una mina antipersona en Colombia. La mujer de 22 años se desplazaba el pasado domingo 20 de junio con sus 5 hijos en las inmediaciones de los asentamientos de las comunidades Embera Eyabida del resguardo Río Murindó, cuando pisó un artefacto explosivo que le provocó la perdida de una de sus piernas.
Silvanio Zapia Benítez, de 2 años de edad, iba sobre los hombros de su madre cuando el explosivo detonó. El niño resultó herido en el abdomen mientras que, sus hermanos de 11, 8, 5 y 4 años también presenciaban el lamentable hecho e intentaban auxiliar a su madre, quien murió de manera inmediata.
La comunidad de Bachidubim a la que pertenecía Remilda, escuchó la detonación e inició la caminata al lugar de donde provenía el sonido. Según la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, fueron apoyados por una brigada de salud que se encontraba en la comunidad Embera y que, logró auxiliar al hijo de Remilda.
Remilda fue enterrada en el mismo lugar donde murió, pues la comunidad notó que el sitio estaba sembrado con más minas antipersona.
El Instituto de Estudios para el Desarrollo de la Paz, Indepaz, informó que, con Remilda Benítez ya son 81 los líderes y lideresas sociales asesinadas en este primer semestre del 2021, mientras que desde la firma del Acuerdo de Paz son 1.197 las víctimas de homicidios.
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Resiembra de minas antipersona amenaza a 11 comunidades indígenas de Antioquía
La Comisión Intereclesial de Justicia y Paz informó que, desde el lunes 14 de junio «se inició una nueva dinámica de tensión armada» y las comunidades indígenas y afros de la región afirmaron a través de sus denuncias que, grupos armados del ELN y unidades paramilitares de las AGC han continuado con la siembra de minas en el territorio amenazando a 11 resguardos indígenas que se asientan en el departamento de Antioquía.
La Organización Indígena de Antioquía, OIA y la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC, lamentó la muerte de Remilda Benítez y reafirmó su rechazo hacia la presencia de grupos armados en sus territorios «recordamos que esta guerra no es de las comunidades indígenas y que por el contrario son ellas las que padecen y sufren todo tipo de atropellos y violaciones a sus derechos humanos, territoriales, económicos y sociales. Estamos convencidos que la violencia, genera más violencia y que ésta no trae consigo sino hambre y desolación».
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Horacio Carupia Pernía, otra víctima reciente de los campos minados
Horacio Carupia Pernía, de 22 años y quien pertenecía a la Guardia Indígena, también fue víctima de una mina antipersona cuando cayó en un campo minado del ELN en Dabeiba en el occidente de Antioquia.
El joven que formaba parte del Resguardo Amparradó del municipio de Dabeiba, perdió su pierna derecha el martes 22 de junio. Horacio fue trasladado desde su comunidad hasta Medellín y recibe atención medica en un centro asistencial.
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