Foto cortesía de la Unidad de Víctimas
19 años después de un hecho que dejó 83 personas muertas y más de 100 heridas en la conocida como la Masacre de Bijayá, se recordó a las víctimas a través de un homenaje en el que se socializó la Ley 2087, que declara el 2 de mayo como día conmemorativo de las víctimas de Bojayá.
El 2 de mayo de 2002 la explosión de una pipeta de gas desató el terror en la cabecera municipal de Bojayá, en el departamento del Chocó. Un enfrentamiento entre paramilitares e integrantes de las FARC fue la antesala al lanzamiento del explosivo por parte de la guerrilla que impactó la iglesia católica de Bellavista, donde la población civil se resguardaba del enfrentamiento.
El saldo que dejó esta masacre fue y sigue siendo lamentable: 83 personas murieron en el lugar, más de 100 resultaron heridas y cerca de 1.740 familias se desplazaron hacia Quibdó buscando dejar el poblado en el que le arrebataron la vida a sus familiares y conocidos.
17 años después de esta acción violenta, en 2019, los familiares recibieron los restos de sus seres queridos, tras el debido cotejo de identificación. De esta manera pudieron dar el último adiós a los seres queridos que la crudeza de la guerra se llevó.
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Con actos simbólicos pobladores del municipio se niegan al olvido y le apuestan a la memoria
Si bien cada año, al inicio del mes de mayo se recuerda a las víctimas de la masacre, este año tuvo un tinte especial. El domingo, desde las 8:00 de la mañana se llevó a cabo un homenaje en el que distintos sectores recuerdan lo ocurrido en Bojayá en 2002.
“Hoy queremos que el gobierno nacional nos ayude a reparar a nuestras víctimas. Muchos adultos están falleciendo y no han tenido la oportunidad de ser reparados, queremos que el gobierno le de celeridad a ese proceso y sobre todo, que le garantice al pueblo bojayaseño la no repetición”.
Jefferson Machado, Secretario General y de Gobierno de Bojayá.
La Comisión de testigos (ONU DDHH, Diócesis de Quibdó, Padre Albeiro Parra, Jesús Alfonso Flórez y Danilo Rueda de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz), integrantes del Comité de los derechos de las víctimas de Bojayá, y ex integrantes de las FARC, hablaron sobre los compromisos del Proceso de Paz con Bojayá.
“El balance que hacemos los testigos es que no se ha cumplido con el derecho a la no repetición, sin embargo a más de 20 años las comunidades le siguen apostando a la defensa de la vida y de la paz con la propuesta del Pacto por la Vida y por la Paz (…) Sugerimos que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) pueda asumir el caso de Bojayá en su integridad y a partir de él poder construir un caso de JEP para todos los grupos étnicos del país”.
Jesús Alfonso Flores, integrante de la Comisión de testigos del caso Bojayá
Por otra parte, para Rodrigo Londoño, presidente del Partido Comunes, lo sucedido en Bojayá no tienen ninguna justificación.
«En las FARC EP nadie quedó indiferente ante este hecho producido por nuestras propias armas, aún no nos perdonamos por lo ocurrido. La masacre de Bojayá resume el horror de la guerra (…) A las víctimas de Bojayá y a las comunidades queremos ofrecerles el Acuerdo que firmamos en La Habana con el Estado colombiano, en razón de esa poderosa reflexión decidimos cesar el conflicto. En el Acuerdo de Paz quedó el compromiso de aportar verdad y garantizar la no repetición y no dejaremos de trabajar un solo día en la reparación de las víctimas«.
Rodrigo Londoño, Senador Partido Comunes
La Comisión de la Verdad en cabeza del padre Francisco de Roux también hizo parte de este encuentro. Además, la Comisión Interétnica de la Verdad del Pacífico presentó un proyecto de investigación cuyo objetivo es dar cuenta de los daños al territorio, al medio ambiente, a la espiritualidad, al control del territorio y a la integridad personal de cada una de las personas y los pueblos que habitan el Pacífico colombiano entre 1982 y 2018.
Otras voces que hicieron parte de este evento fueron el director de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas (UARIV), Ramón Rodríguez ; el comisionado Leyner Palacios; Emilio Archila, Consejero para la Estabilización y la Consolidación del gobierno Duque; y Juliette de Rivero, Representante en Colombia de la Alta Comisionada ONU DDHH.
Para el comisionado Leyner Palacios, las víctimas no se merecen el trato que se les está dando. Palacios asegura además que el abandono estatal allí es una problemática grave y reitera el llamado a la institucionalidad de ver de cerca qué es lo que está pasando en el territorio y a no engañar más a la población. )
Ley 2087 del 2021: 2 de mayo se declara Día Conmemorativo de las Víctimas de Bojayá
El 25 de marzo de 2021, el Congreso expidió la Ley 2087, “por medio de la cual la Nación honra y exalta la memoria de las víctimas de la masacre de Bojayá y declara el 2 de mayo como día conmemorativo de las víctimas de Bojayá”.
“En 2018 nos comprometimos con la comunidad de Bojayá a sacar adelante esta ley que lo que busca es rendir homenaje a todas las personas que fueron víctimas de la masacre en el viejo Bellavista. La ley tiene unos objetivos, en primer lugar es pretender que se declare el 2 de mayo como Día Conmemorativo de las Víctimas de Bojayá con el propósito de generar conciencia colectiva en el país sobre los hechos atroces que se cometieron el marco del conflicto armado que no ha cesado a pesar de los Acuerdos de Paz”.
María José Pizarro, Representante a la Cámara
En el marco del homenaje se socializó esta ley que decreta que se deben dar a conocer la claridad de los hechos y respetar la libertad de conciencia, culto y religión de las víctimas de la masacre. Además, declara el 2 de mayo como Día Conmemorativo de las Víctimas de Bojayá en homenaje a la memoria de las mujeres, hombres, abuelos, jóvenes, niñas y niños que fueron víctimas de la masacre en la comunidad de Bellavista, municipio de Bojayá.
Además de las conversaciones, se llevó a cabo una eucaristía, una obra de teatro y un acto que complementa el homenaje a la memoria de los sagrados espíritus en la plaza central de Bellavista Nuevo.
19 años después de lo que ha sido llamado en la memoria nacional como masacre de Bojayá, sigue siendo un hito por la deuda que existe del Estado en la verdad de un proceso de reconocimientos que complementen los avances que se han dado con la extinta guerrilla de las FARC que aborde de fondo las garantías de no repetición.
Hoy los territorios del Medio Atrato como el Chocó siguen siendo escenarios de violencia sociopolítica y de tipo criminal paramilitar. Solamente con un Estado y un gobierno que exprese la verdad y reconozca las responsabilidades y adopte políticas de solución a los problemas estructurales de esta región podremos decir que el sentido de la verdad ha generado modificación fundamental a personas y a estructuras institucionales.
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